Capítulo 56: Times Changing

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Mansión Prince - Harry, Eileen y Severus.

La Navidad y el Año Nuevo llegaron y se fueron, junto con el clima más frío, y qué vista tenía la Mansión Prince. Cubierta de pura nieve blanca, hasta donde alcanzaba la vista. Carámbanos colgando del techo. Las semillas y las plantas de Pociones habían sido retiradas; serían reemplazadas en febrero para el Año Nuevo que se avecinaba y para el que sólo faltaban unas semanas. Las casetas verdes eran lo único visible, ya que tenían fuertes encantos de calentamiento, la nieve no se pegaba a las ventanas sino que era el vapor el que lo hacía. Este año para Navidad Harry había recibido sobre todo vales de compra, ya que nadie sabía realmente qué regalarle. Harry tenía todo lo que quería, les dijo y por eso le habían dado vales para que comprara lo que quisiera cuando lo quisiera. Neville seguía sometido; él y su hermano habían pasado la Navidad en San Mungo visitando a sus padres junto con su novia Luna.

-Pasa-, dijo Harry cuando alguien llamó a su puerta, sólo podía ser una de dos personas, Eileen o Severus.

-Hola cariño, ¿cómo te encuentras hoy?- preguntó Eileen entrando en la habitación con dos tazas de café, colocando una frente a él pero alejada del portátil. Harry lo tenía funcionando con magia, así que nunca se estropearía. Había una ley que prohibía encantar cosas muggles, pero Harry no pensaba dejar que nadie lo viera o lo usara. Las leyes estaban más orientadas a la gente que las usaba a propósito contra los muggles, que obviamente se enterarían de la magia. Se sentó en su cama, que estaba llena de papeles arrugados y pañuelos que había usado ayer. Probablemente era la más desordenada que había visto en su habitación, Harry normalmente era extremadamente ordenado, bueno eso pensarían si no vieran el desorden que hacía en el laboratorio de Pociones cuando se metía en un proyecto.

-Mucho mejor-, dijo Harry, las pociones de pimienta hacían maravillas con el frío, que era lo que había estado sufriendo en los últimos días. En ese tiempo también había conseguido su tan necesario descanso, su cuerpo ciertamente lo había necesitado. No es que todo hubiera sido descanso, ya que Harry había estado utilizando su ordenador portátil para idear otra poción que necesitaba para aprobar su Maestría. En el mundo muggle, según había averiguado, se necesitaba una disertación o tesis después de completar la maestría para obtener el doctorado en el campo elegido o algo parecido, aunque no estaba seguro al cien por cien de haber leído la información correctamente. Puede que sólo sea para avanzar en su campo de Maestría elegido. -Gracias-, añadió agradecido bebiendo el brebaje caliente.

-No te he visto usar eso, ¿eres capaz de trabajarlo?- preguntó Eileen después de dar un pequeño trago.

-Lo uso desde hace tiempo; es mucho más práctico para cambiar las cosas en lugar de tener que reescribir todo. Sólo cuando he conseguido escribir con éxito una teoría de una poción la escribo ahora en el diario- dijo Harry sonando engreído, realmente le encantaba el ordenador y estaba muy contento de que Eileen se lo hubiera comprado.

-Me alegra ver que no se ha desperdiciado- dijo Eileen sonriendo orgullosa. Ahora que Harry ya no tenía exámenes escritos para su Maestría podía relajarse. Había escrito su última semana y pronto tendría sus resultados, no importaba que ella estuviera orgullosa de él. Había que acertar más del ochenta por ciento para calificar, pero Harry era tan bueno en pociones que aprobaría, ella estaba cien por ciento segura de ello. Luego sólo tenía que conseguir elaborar dos pociones para que la comunidad académica de Pociones lo considerara un Maestro en su campo. -¿Cómo van tus progresos?-, le preguntó con genuina curiosidad, ella amaba las pociones tanto como sus chicos.

-Tengo una poción probada y comprobada, sólo tengo que inventar otra-, dijo Harry, era más difícil de lo que había supuesto en un principio. Su mente se quedaba en blanco al pensar en algo, cualquier cosa en realidad. Empezaba a entender por qué algunos habían sido aprendices durante años. Estaba decidido a hacerlo, quería aprobar su Maestría y acabar de una vez para poder estar con Severus cuando llegara su cumpleaños. Ya era legalmente mayor de edad, pero eso no le importaba a Severus, quería esperar hasta que Harry fuera realmente mayor de edad. Su mente adolescente se quejaba petulantemente de la moral de Severus, pero la parte adulta sabía que estaba haciendo lo correcto.

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