Capítulo 11: The Games Begin, A Yule Ball and Figuring Out The Clue

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Harry se despertó temprano a la mañana siguiente; bajó a la sala común y esperó a Luna. Era algo que llevaba haciendo desde hacía tiempo; por suerte, Luna no era como la mayoría de las chicas. Estaba despierta a los quince minutos de él y vestida para el día. No vio a ninguna otra chica en la sala común hasta cinco minutos antes del desayuno. Que fueran ratones de biblioteca no significaba que no les gustara maquillarse y cotillear. Aunque los cotilleos eran más bien académicos, pero eso era otra cosa. Bajaron a desayunar antes de que se dieran cuenta; como de costumbre, no pasó mucho tiempo antes de que sus otros amigos se unieran a él. Cedric Diggory era un nuevo integrante del grupo; le había molestado mucho no ser elegido. Especialmente al perder ante Nick Potter, pero no había nada que hacer al respecto. A Cedric le gustaba mucho Fleur, así que esa podría haber sido otra razón para su incorporación. Desde entonces, Cho prácticamente miraba de reojo a Cedric y a Fleur. Obviamente le gustaba Cedric, pero por desgracia no era nada contra una Veela.

-¿Has dormido algo?- preguntó Luna cuando se sentaron. Todavía no había nadie más, aparte de los profesores, por supuesto. Ninguno de los alumnos de Drumstrang se había aventurado a salir del barco ni ninguno de los de Beauxbatons se había aventurado a salir de su casa de carruajes. Luna le había dicho que era hermoso, había ido con Fleur una vez a verlo. O más bien las criaturas ecuestres que lo tiraban, a ella le encantaban las criaturas mágicas. Eso ya había quedado claro, Fleur estaba acostumbrada a ellas y no las veía como criaturas magníficas. Sin embargo, estaba orgullosa de su colegio y de todo lo que había en él, de ahí que no hubiera tenido problema en enseñarle a Luna el lugar.

-Supongo que sí-, dijo Harry. Harry estaba tan acostumbrado a levantarse temprano que era una costumbre. Tenía que madrugar durante el verano para abrir la tienda y repartir los periódicos. Los habitantes del callejón Diagon y de Hogsmeade preferían que les entregaran el correo por la puerta. Ya veían suficientes lechuzas como para que les despertaran con ellas a las seis de la mañana. La mayoría de los habitantes del callejón Diagon y de Hogsmeade eran amas de casa cuyos maridos trabajaban. Ya era bastante difícil cuidar a los niños como para que los despertaran al amanecer.

-¿Qué tienes a primera hora?- preguntó Luna, siempre lo hacía a pesar de que probablemente conocía su horario al dedillo.

Harry hizo una mueca de desagrado -Pociones-.

-Ah, buena suerte con eso- dijo ella sabiendo del odio de Reese hacia Harry. Aunque el profesor se había enfriado un poco en cuanto a ser desagradable. Puede que tenga que ver con que Harry ya no da lo mejor de sí en su clase. Siempre tenía el color y la textura adecuados, pero nunca, hasta el punto de ser perfecto como antes. Sin embargo, seguía leyendo sus libros de pociones y manteniéndose al tanto de sus conocimientos escritos. Le encantaban las pociones, era su asignatura favorita con diferencia. O lo había sido, hasta que llegó Reese, una parte de él estaba resentido con el profesor Snape por eso. No podía culparlo, aunque no realmente, si le dieran la mitad de la oportunidad se iría y se convertiría en aprendiz de un maestro de Pociones. La defensa fue lo siguiente, le encantaba que al menos sus notas de defensa no fueran tan malas como las de Pociones. Reese estaba realmente en contra de él, y Harry no podía entender por qué. Al menos con el profesor Snape sabía por qué odiaba a Nick. Recordaba todas las veces que James había hablado de él con asco, normalmente terminaba intentando decirle a Nick un nombre que solía llamarle Sniv algo pero Lily siempre le chillaba por intentar hacerlo.

Pociones acababa de empezar, Reese no dejaba de mirarlo mientras hablaba. Hablando de venenos y antidotos. Tuvo la sensación de que iba a ser el sujeto de la prueba. No dejó que el profesor viera lo molesto que estaba, aunque su corazón latía a mil por hora. Estaba deseando desvanecerse, cuando llamaron urgentemente a la puerta.

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