Capítulo 31: A solution To The Problem

5.6K 575 96
                                    

Las cosas en la mansión Prince eran extremadamente agitadas, por decir lo menos, Harry y Severus pasaban cada momento despierto tratando de hacer una poción para Eileen. Por momento de vigilia quiere decir que estaban despiertos la mayor parte del día. Pasaron por lo menos veinte horas del día, revisando libros de pociones, revistas de pociones e ideas de conferencias todo. Severus también se puso en contacto con sus amigos de América, con la esperanza de que pudieran ayudar. Aunque ni Harry ni Severus tenían mucha fe en ello, por eso no dejaban de intentarlo: querían encontrar respuestas por sí mismos.

Severus y Harry podrían estar intentando crear una Poción para ayudar a Eileen, pero siempre se sentaban junto a ella cuando estaba despierta. Desgraciadamente, sufría demasiado dolor como para permanecer consciente mucho tiempo. En efecto, Eileen se había deteriorado rápidamente, y trataban de aferrarse a la esperanza de encontrar algo a tiempo.

-¿Tienes alguna pluma, Sev?-, preguntó Harry acercándose al estudio; había estado en las mazmorras. Estaba sentado allí tratando de pensar, estar allí abajo le ayudaba a tranquilizarse. No estaba seguro de qué era, si la familiaridad o estar cerca de Pociones, algo que realmente le gustaba. Desde los once años sabía que quería ser maestro de Pociones, o al menos triunfar en la especialidad de Pociones. Probablemente tenía algo que ver con Nick, no recibía un trato especial en esa clase. Entonces, por supuesto, el profesor, Harry había querido demostrar que estaba equivocado. Lo había hecho, el mundo sabía que era aprendiz del maestro Snape. Su Ex-profesor ya debía saberlo, y era como ponerle el dedo corazón en la cara al imbécil.

-¿No me digas que has conseguido destruirlas todas?- preguntó Severus con recelo, le habría hecho gracia si hubiera sido en otras circunstancias. Ahora mismo sólo estaba cansado, belicoso y molesto por la situación. Empezaba a sentirse como Harry hace tres días. Si era tan bueno en Pociones, ¿por qué no se le ocurría algo que ayudara a su madre? La única persona que había estado a su lado (aparte de Lily) durante su infancia. Ya no le gustaba pensar en Lily, sólo le causaba rabia y angustia. No podía entender qué la había agriado tanto, es algo que hubiera esperado de Petunia no de Lily.

-Eh, me enfadé-, dijo Harry ligeramente avergonzado.

-Por ahí-, dijo Severus señalando hacia su escritorio de repuesto, solo tenía un cajón. Así que Harry no tuvo problemas para encontrarlas, también se estaba quedando sin papel, pero eso era lo de menos. Cogiéndola apenas murmuró un -adiós- antes de descender a las mazmorras una vez más. Revisando la poción antienvejecimiento y el Skele-grow. Esperando y rezando para encontrar algo con lo que trabajar. No quería des-envejecer a Eileen, sólo sus huesos, ¿por qué era tan difícil encontrar algo con lo que trabajar?

Los pupitres de Pociones eran un desastre, llenos de pergaminos de Harry, las manchas de tinta estaban por todas partes. Las plumas rotas ensuciaban el suelo, cuando se enfadaba y las rompía accidentalmente. Los frascos de Pociones estaban tirados en el fregadero, los calderos empujados contra la pared.

-El Maestro Harry tiene que comer, señor-, dijo Dobby apareciendo.

-¡No hagas eso Dobby!- chilló Harry saltando del susto.

-Coma-, exigió Dobby, y sus ojos verdes se clavaron en el cuerpo de Harry. -Morir de hambre no ayudará a la señora Eileen. Comer te hará sentir mejor y trabajar más-, le dijo el pequeño elfo. Había cambiado mucho desde que llegó aquí; los otros elfos le enseñaron a hablar correctamente. A vestirse correctamente, y a servir adecuadamente ya no era servil. Se comprometió a cuidar de Harry, aunque no fuera a cuidarse a sí mismo. Dejó la bandeja en una sección del papel más alejada de Harry.

-Bien-, dijo Harry respirando profundamente, dejó la pluma sin tocar ni entintar y empezó a masticar el sándwich y el bol de patatas fritas que le habían bajado para comer. -Supongo que no sabes mucho de Pociones, ¿eh?-, preguntó casi con petulancia.

INVISIBLE Where stories live. Discover now