INVISIBLE

Capítulo 78: Newts, Conversations and Surprises

Severus removió la varilla de plata en la poción, contando la cantidad de veces que lo hacía. Su mente estaba constantemente distraída, por los acontecimientos de hace casi quince días. Su pequeño descarado lo había distraído completamente de sus pociones, lo había tomado inclinado sobre la mesa de pociones, los gemidos, quejidos y gritos que había cosechado de su insaciable mocoso aún resonaban en sus oídos incluso ahora. Se movió ligeramente, sintiendo que la excitación aumentaba, sólo de pensarlo. Ya no recordaba por qué había dudado tanto en tener una relación física con Harry.

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Severus ahogó un gemido de agradecimiento al ver a su amante bajar al laboratorio de pociones. Las ganas de follar con él lo más fuerte posible, hicieron que se pusiera rígido en los pantalones. Siguiéndolo, entró en su laboratorio y cerró la puerta echando todos los cerrojos que conocía, para que nadie pudiera molestarlos. Sólo estaba su madre en la casa y, con suerte, ella sabría que no debía intentar entrar en una habitación cerrada. Sus ojos negros se encontraron con los verdes centelleantes, una necesidad posesiva surgió en él. Quería demostrarle a Harry a quién pertenecía, Harry era suyo y así lo había hecho. Le había advertido a Harry que era extremadamente posesivo, y eso sólo se había hecho más fuerte a medida que se unían más como amantes en lugar de aprendiz y maestro de Pociones.

Parecía que Harry tenía ganas de jugar, mientras se ponía a preparar un caldero. Oh no, Harry ciertamente no haría algo así después de burlarse de él de esa manera. Estaba bastante satisfecho de lo cómodo que se había puesto en su relación. Por otra parte, Harry había intentado constantemente su contención desde que aceptó "salir" con él cuando llegara el momento. Había mantenido su libido bajo control, pero eso ya no era necesario.

Se levantó y puso los brazos a cada lado de la mesa, atrapando a Harry en el pequeño espacio. -¿De verdad creías que podías burlarte de mí?- susurró Severus, con una voz seductora y grave, mordiendo el lóbulo de la oreja de Harry sin demasiada delicadeza. Escuchando como la respiración de Harry se aceleraba y jadeaba en voz baja pero en las mazmorras se escuchaba como si lo hubiera bramado. -¿Lo hiciste?-, preguntó de nuevo, con su aliento caliente recorriendo el cuello de Harry. Mordiendo y chupando la piel, Severus sintió que Harry se ponía más rígido entre sus brazos chillando sin aliento.

-N-no-, logró decir Harry sin aliento. Nunca había escuchado a Severus así, y eso lo estaba excitando como nunca lo había hecho. Su piel se calentaba casi febrilmente, hiperconsciente de cada movimiento con su amante presionado contra su espalda.

-¿No?- murmuró Severus, mientras su lengua lamía la marca que había dejado en el cuello de Harry. Ya estaba roja; sabía que muy pronto estaría morada. Quería que todo el mundo supiera que Harry estaba secuestrado, y ¿qué mejor manera que marcarlo donde todos lo vieran? Acariciando suavemente el cuello de Harry, sintiendo cómo su manzana Adams subía y bajaba mientras tragaba.

Harry negó en silencio con la cabeza, reafirmando su respuesta; demasiado sin aliento para hablar querido Merlín nunca había sentido algo así. Todo su cuerpo estaba en vilo, preguntándose qué iba a hacer Severus a continuación. Había sido un estúpido si pensó que podría sacar lo mejor de Severus. Al fin y al cabo era Slytherin; sólo había querido burlarse un poco de él. Aunque si esa era la recompensa que obtenía por hacerlo... realmente debería hacerlo más a menudo. El cansancio que había sentido había desaparecido, en su lugar había un placer crudo y puro como nunca antes había sentido.

-Qué decepción-, contestó Severus, su voz lo suficientemente cerca del cuello de Harry como para reverberar por todo él haciendo que se estremeciera.

-Severus-, gimió Harry, pudiendo por fin sacar algo de sus labios. Frotando su trasero contra la de Severus mientras intentaba sacar su brazo del agarre de Severus para frotarse contra su propia excitación que se estaba volviendo demasiado para él. Severus no le dejaba hacer ninguna de las dos cosas, ya que mantenía los brazos donde estaban metidos entre ellos, además de alejarse para que Harry no pudiera conseguir ningún tipo de fricción.