Capítulo 36: Trials and Sentencing

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Severus se levantó más temprano de lo normal, sentándose en profunda contemplación durante más de una hora. Sabía que, a pesar de lo que dijera Harry, seguiría sintiéndose defraudado. Tenía que conseguir que Harry entendiera que había hecho lo que tenía que hacer. Harry era, al fin y al cabo, un adolescente, y nunca había crecido de verdad, experimentando emociones que debería haber tenido. En cambio, todo lo que había sentido eran sentimientos negativos. No podía imaginar cómo había crecido; Harry nunca hablaba de su vida. Se estremeció sólo de imaginarlo, siendo ignorado por su propia familia. Vagando como un fantasma, sintiéndose vacío. Harry no se había merecido eso en absoluto, deseaba haber hecho algo más que romperle la nariz a James Potter. El hecho de que sus sentimientos estuvieran jugando un papel en esto no ayudaba en nada. No era un hombre que se enamorara de alguien fácilmente; para colmo era alguien que podría tener la edad de un posible hijo. El hijo de su ex mejor amiga y enemigo, además.

Pensando en el diablo, Harry hizo su aparición, parecía agotado. Harry no había dormido nada bien. La comida apareció en la mesa, mientras Harry casi se dejaba caer en la silla parpadeando con sueño.

-¿Cómo te sientes?- preguntó Severus poniendo su taza de café vacía sobre la mesa, recién se había dado cuenta de que estaba vacía. De alguna manera se había bebido toda la taza sentado allí, sumido en sus pensamientos.

-Cansado-, confirmó Harry, su noche no había sido tranquila. Había tenido horribles pesadillas sobre Eileen y Severus tratándolo como lo habían hecho sus padres. No ayudaba que estuviera recordando cosas de su infancia que había olvidado. Recordaba haber estado atascado en pañales mojados mientras sus padres entrenaban a Nick para ir al baño. Les había dicho que le dolía el trasero, lo único que habían hecho era cambiar el pañal por arte de magia y seguir con su día. Esto debió ser justo después de la derrota de Voldemort. Debieron empezar a ignorarlo justo después.

-¿Pesadillas?- preguntó Severus, preguntándose si Harry llegaría a confiar en alguien con lo que realmente había pasado. No lo parecía, confiaba enormemente en Eileen y en él mismo y no les había dicho nada.

-Sí, aunque no a los de las mazmorras de los Malfoy... por una vez- dijo Harry, aunque después de la noche anterior los hubiera preferido. Cogiendo el tenedor empezó a comer, pensando que la conversación había terminado.

-¿Tengo entendido que tú y mi madre hablaron anoche?- cuestionó Severus picoteando su propio desayuno. Prefería no comer comida fría, y no era lo mismo calentarla con magia después.
-Sí-, murmuró Harry en voz baja, lo único destacable de esa noche había sido el pastel. Nadie había celebrado sus logros con él. Se había sentido en la luna por un momento, hasta que su mente volvió a pensar en todo lo que Nick Potter había dicho. La parte inteligente de él sabía que lo que Nick había dicho no era cierto, la parte de él que aún era un niño, que aún estaba dolido por lo que su familia le había hecho, pensaba que podía serlo. Se habían merecido todo lo que les pasó en realidad. Entonces Eileen le había abierto los ojos de una manera que nadie más lo había hecho. Ella le había dicho sin rodeos que era un montón de tonterías. Luego procedió a recordarle que Lily trabajaba en el colegio como profesora. James trabajaba como Auror, que estaba muy arriba en el escalafón y recibía bastante dinero por sus horas. No era posible que estuvieran preocupados por el dinero, a no ser que estuvieran gastando en cosas que no necesitaban.

-¿Llegaste a alguna conclusión?- preguntó Severus mirando fijamente a Harry, sus ojos expresaban todo lo que sentía. Eran tan parecidos a los de Lily y a la vez tan diferentes, los de Lily nunca habían tenido el hastío oscuro de los de Harry. Harry había pasado por demasiadas cosas como para ver el mundo con asombro e inocencia infantil.

-No les voy a dar nada a los Potter-, dijo Harry endureciendo el hombro de una manera que decía que creía que una discusión estaba a punto de llegar. -Ambos están trabajando; deberían recibir lo suficiente para sobrevivir. No estoy dispuesto a que me hagan sentir culpable por tener dinero. Durante años fue al revés, y no me dieron un Knut-. A Roxy y a Nick les habían dado dinero de bolsillo, por supuesto. ¿Pero a Harry? Como siempre había sido olvidado.

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