Sueños de libertad - Levi Ackerman.

3. "Un extraño y acogedor lugar"

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"Un extraño y acogedor lugar"

Giselle golpeó tres veces con la punta de sus nudillos la oscura puerta doble de madera que la separaba del pasillo a la oficina del capitán Levi.

-Adelante -dijo la masculina y silenciosa voz del pelinegro.

Aunque quisiera no admitirlo, tenía un poco de miedo. El pequeño capitán sabía cómo darse a respetar, sea a golpes o duras palabras, sin mencionar que sus inexpresivos ojos azules penetran en lo profundo de las mentes de los soldados del escuadrón.

Ella suspiró, sabía a ciencia cierta qué el capitán Levi la reprenderá por dejar ganar a Camille, seguramente le cuestionaría su comportamiento y pensaría que Gi es solo una soldado pretenciosa que pretende impresionar a todos fingiendo ser una "buena compañera" o lo que sea que Levi estuviese analizando, por cierto, muy alejado de la verdad.

Los sentimientos de Giselle por su amiga Camille eran puros, ella es una de las pocas personas a quien ha sentido, y podido llamar, familia por lo que si tener que perder una pelea le asegura la vida a aquella chica, Giselle lo haría.

Con una determinación jamás antes vista abrió la puerta y caminó hacia el escritorio de su superior. Levi se encontraba leyendo y firmando un montón de documentos, un soldado mayor a Giselle se encontraba esperando en una postura perfecta a un lado del escritorio del capitán.

-Church, dame unos segundos -dijo Levi muy educadamente sin mirar a la soldada castaña.

-Si, señor.

Los ojos de Giselle vagaron por la oficina de Levi, inspeccionando cada pequeño centímetro de ella, incluso las pequeñas esquinas con tesoros que el capitán tenía escondidos. Gi siempre había sido curiosa, por lo que no perdería la oportunidad de grabar en su memoria tan enigmático lugar.

Las paredes eran completamente de madera oscura, color caoba específicamente, casi igual que todo el edificio en el cual se encontraban. Una chimenea de piedra se situaba en el centro de una de las paredes, de forma elegante y aristocrática.  Se encontraba encendida, creando un dulce sonido que inundaba toda la oficina.

El suelo de piedra estaba cubierto por una gran alfombra de color azul con bordes en beige, similar a las cortinas que cubrían las grandes ventanas de la oficina, ventanas que daban hacia el campo de entrenamiento y el bosque en el cual se practicaba con el equipo de maniobras tridimensionales.

Levi se encontraba en el medio, sentando en un hermoso escritorio de madera que la legión había dispuesto para él. Todos los papeles y carpetas color manila que se encontraban frente a Levi estaban administradas de tal manera que la superficie del escritorio no estuviera desordenada. 

Muy adecuado a la personalidad maniática del capitán.

En una esquina de la oficina se encontraba un pequeño sofá oscuro y una mesita de madera con un juego de té blanco. Una vitrina de vidrio permitía relucir la gran cantidad de libros que Levi leía constantemente, sin embargo, lo que más llamaba la atención eran las grandes cantidades de cajas de té que se encontraban apiladas en ella.

Todo era completamente adecuado al capitán, incluso la esencia de la oficina decía a gritos "Levi",  un aroma a té negro, jabón y papel que creaban un espacio masculino. 

Se notaba que él pasaba una gran cantidad de tiempo en esa oficina, Giselle incluso podría asegurar que él dormía un par de veces en aquel lugar.

- ¿Entretenida mocosa? -preguntó el capitán entregando los últimos documentos al soldado frente a ella. -Puedes retirarte, gracias -ordenó Levi al otro soldado.