11. "Batalla del distrito Trost - Parte 3"

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"Batalla del distrito Trost – parte 3"

Fin del primer arco. 

Levi dejó caer su cabeza en el hombro de Giselle, estaba cansado, sin fuerzas y sin ánimo para continuar, había visto tanta muerte a su alrededor, soldados mutilados, gritos ensordecedores, compañeros caídos, él simplemente ya no quería más.

Se permitió unos segundos de descanso en su habitual Giselle Church, para sintonizar sus latidos frenéticos con los de ella, para darse fuerzas para continuar.

-Me has salvado de nuevo -dijo Giselle en un murmuro. -Eres mi ángel, Levi.

Levi río amargamente aún contra el hombro de Giselle, esos eran los únicos momentos en los que se permitía sonreír.

-No soy un ángel -masculló molesto. -Pero te lo prometí, Giselle, te protegeré.

Con ambas manos Giselle alejó a Levi de su cuerpo para poder observar su rostro sin dificultad.

Sus ojos azul grisáceos permanecían inquietos, se podía observar la tempestad en ese mar de metal que eran sus felinos orbes, trasmitiéndole a la castaña un sinfín de emociones que no sabría descifrar en ese momento, pero que el pelinegro deseaba compartir con ella con gran fuerza.

Levi respiraba con dificultad, seguramente en alguna gran hazaña que había hecho con anterioridad se había lastimado, sin embargo, ella sabía que él no diría nada al respecto, no era de los que se quejaba.

-Yo no estoy haciendo un gran trabajo para protegerte -dijo Giselle buscando con los ojos el punto de dolor de Levi.

Él lo notó y se removió bajo el agarre de Giselle.

-Lo siento -se sinceró la chica. -No soy muy fuerte, pero estoy haciendo mi mayor esfuerzo.

El cabello de Giselle estaba enmarañado en una coleta baja, los moretones que se había hecho en la expedición con Hange aún enmarcaban su bonito rostro, sus labios rosados se encontraban abiertos en una perfecta "o", el deseaba poder estirar la mano y acariciarla.

Y lo hizo.

Con delicadeza ordenó los pequeños mechones de cabello que volaban al ritmo del viento detrás de su oreja, Giselle se estremeció nerviosa.

-Giselle no necesitas hacer nada -dijo Levi observando como la castaña deseaba protestar ante esas palabras. -Me proteges con tan solo solo ser tú.

- ¿Qué? -musitó confundida.

-Tu calidez me protege, Giselle, de mis propios demonios y de mi mismo -murmuro apenado.

Él nunca se había sentido de esa manera, con el corazón latiendo desenfrenado, con la respiración agitada y con las mejillas sonrojadas. El definitivamente nunca había experimentado nada de ello, incluso nunca había sonreído tanto tiempo. Se sentía extraño.

Observó fijamente a Giselle, quien le regalaba una tierna sonrisa al mismo tiempo que acariciaba el cabello de Levi, y entonces lo supo...él estaba irremediablemente enamorado de Giselle Church.

Un jadeo escapó de sus labios, y con gran urgencia se separó de las tibias manos de Giselle, necesitaba aire, sobre todo en medio de ese gran descubrimiento.

-Es hora de irnos -dijo Levi en una firme orden, con la vista más allá de Giselle.

Ella no dijo nada al respecto, ni mucho menos menciono las bonitas palabras de Levi, sabía que el necesitaba tiempo para acostumbrarse a ese nuevo hombre en el cual se estaba lentamente transformando.

Sueños de libertad - Levi Ackerman.Where stories live. Discover now