4. "Respeto - Parte 3"

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"Respeto – parte 3"

-Creo que será al contrarío -dijo Giselle sonriente, intentando ocultar cada emoción bajo una máscara sombría.

Los hombres rieron.

Giselle notó que dos de ellos se tambaleaban, por lo que estaba segura llevaban más de un litro de alcohol en la sangre. Era consciente de que tenia facultades en la lucha cuerpo a cuerpo, pero nunca llegó a imaginarse que lucharía contra tres soldados veteranos de la legión para proteger su cuerpo de...quizás que cosa.

Uno de los hombres se abalanzó hacia Giselle, con casi la mitad del cuerpo doblado hacia abajo y la cabeza apuntando hacia el estómago de la muchacha como si fuese alguna especie de animal.

Bueno, en realidad...

Giselle esperó el impacto de la cabeza del hombre contra su estómago, esperando ansiosa por realizar su propio movimiento. Al sentir el contacto del hombre contra su piel, procedió a golpear con su rodilla el rostro del susodicho, repetidas veces hasta que quedara inconsciente y con mucha sangre goteando de su nariz. Lo dejo caer a un lado y espero ansiosa por el siguiente.

Sin embargo, uno de los hombres se había escabullido hacia la espalda de Giselle y jaló de sus brazos hasta dejarla inmovilizada. Ella pataleó en el aire, intentando escapar del firme agarre, sin éxito. El otro hombre, el que se encontraba en mejor estado que los demás, se apresuró hacia ella y golpeo tres veces su rostro con el puño. Giselle sintió como lentamente la jaqueca se avecinaba, y el olor metálico de su propia sangre le inundaba las fosas nasales.

-Peleas bien, zorrita -dijo el hombre. -Pero no mejor que yo.

Giselle le escupió el rostro provocándole una risa maniática al hombre. Vio cómo lentamente sus ojos se tornaban aun más oscuros y se dirigía nuevamente a golpearla, pero esta vez en el vientre, dejándola completamente sin aire.

-Sabes...no quería hacerte tanto daño -explicó el hombre golpeando otra vez. -Pero no me dejas opción.

Con todas sus fuerzas Giselle empujó su cabeza hacia atrás golpeando la nariz del segundo hombre, logrando que este suelte su agarre y permitiendo que ella escapará. Se alejó rápidamente unos pasos de los estúpidos animales y esperó.

-LA PUTA SABE JUGAR – gritó el segundo hombre riendo y aplaudiendo.

El hermoso vestido blanco de Giselle se encontraba manchado con su sangre, su bolsa de tela había desaparecido durante la lucha y su húmedo y fragante cabello ahora se encontraba con aroma a metal y hombre sudoroso.

Estaba cansada.

Sus manos ya no tenían fuerza, su cabeza punzaba y sentía que en cualquier momento se desmayaría. Odiaba la vida.

Los dos hombres se abalanzaron nuevamente hacia Giselle. Esta era su completa perdición, pero no se rendiría, ella pelearía hasta el final.

-POBRE, POBRE PUTA -dijo el hombre que había golpeado con la cabeza Giselle, la sangre había ensuciado hasta sus dientes y escupía sangre mientras hablaba.

Ella se puso en posición de lucha mientras los hombres reían de su desgracia. Giselle solo los observo, con la mirada neutral, la nariz sangrando y su cabello húmedo goteado. Ella no podía siquiera imaginar como un grupo de hombres de ese calibre podían pertenecer a la legión, sobre todo bajo el mando del valeroso comandante Erwin Smith, a quien se le conocía por ser un hombre de grandes valores y respeto por sus soldados.

Los deseaba muertos.

El par de hombres dieron cuatro largas zancadas hasta quedar a tan solo un metro de Giselle, la chica pensó rápidamente en un plan para inmovilizar a ambos hombres en rápidos movimientos, sin embargo, su cerebro no estaba siendo de mucha ayuda.

Sueños de libertad - Levi Ackerman.Where stories live. Discover now