Sueños de libertad - Levi Ackerman.

25. La verdad siempre sale a la luz

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La verdad siempre sale a la luz.

Ante todo pronóstico, Levi y Giselle nunca se imaginaron que se encontrarían en medio del cuartel general de la legión junto a un grupo de novatos cuestionando la lealtad de sus camaradas, mucho menos pensar en la posibilidad de que estos hayan sido los culpables del desastre en el muro María y Rose.

Pero allí estaban, otra vez, la realidad los golpeaba.

Ellos no formaban parte de un mundo común y corriente, donde podían vivir su amor tranquilamente sin pensar en sus propias muertes cada dos minutos, ellos vivían en Paradis, rodeados de grandes murallas, titanes y humanos malvados.

La orden del día era la traición y la muerte, ellos debían estar acostumbrados y ambientados a este tipo de vivir, sobre todo si provenían del oscuro subterráneo.

Pero el pelinegro capitán Levi y la valiente Giselle Church eran un cuento totalmente aparte, aquella pareja solo tenía amor y bondad en sus corazones, a pesar de ser de los más temidos y respetados soldados de toda la legión, ellos solo deseaban el bien y luchaban por ello.

Toda aquella traición los confundía e incomodaba.

- Pienso lo mismo -habló el rubio soldado. -Reiner se la jugó cuando me ayudo contra el titán femenino -explicó Armin. -Quién lo habría aplastado con su puño de no haber sido por...

La boca del rubio se abrió en sorpresa ante sus propias palabras, tal vez aquel debilucho soldado no se destacaba por sus grandes capacidades físicas, o por la cantidad de titanes que había matado, pero si había algo que destacar era su buen cerebro, el cual había utilizado más de una vez para sacar a sus compañeros de graves apuros.

- ¿Qué pasa? -preguntó Eren asustado.

-Reiner logró zafarse pero...Annie cambió de dirección en ese momento -dijo Armin analizando cada pequeño recuerdo de su mente. -Empezó a correr hacia Eren, y yo...acababa de comentar que quizás Eren estaría en el centro de la retaguardia, pero, Annie estaba muy lejos para oír.

- ¿Qué quieres decir? -dijo Eren demostrando su molestia.

Los ojos de Hange Zoe brillaron perspicaces bajo los pequeños faroles de aceite que colgaban de las paredes, la tenue luz del fuego iluminaba la habitación creando un pequeño espectáculo de luces que distraía a Giselle de sus pensamientos, y del parloteo continuo de Armin.

- ¿Reiner mostró interés por conocer la posición de Eren? -preguntó Hange con curiosidad.

Armin soltó un pequeño jadeo de sorpresa ante tal pregunta, tal vez analizando una vez más sus recuerdos, sin embargo, bajo la mirada de Levi la verdad ya era absoluta, el corpulento Reiner Brown y su fiel compañero Bertolt eran culpables de cientos de muertes, y debían ser castigados.

-No puede ser...yo únicamente mencione la posición de Eren porque Reiner me preguntó -murmuró cabizbajo. -Además...justo después del ataque el titán femenino se quedó observando la palma de su mano, tal vez Reiner escribió la ubicación con sus cuchillas...

- ¿¡Porque dices eso!? -gritó Eren molesto.

En el preciso momento en que la maraña de mentiras de Reiner y Bertolt se comenzaba a desenredar, el pelinegro decidió guiar el tenso cuerpo de Giselle a una esquina de la gran habitación, para evitarle de frentón todo el bochorno de atravesar por esa situación, considerando la pequeña información que Giselle tenía entre sus manos.

Ella había visto a Reiner, Bertolt y Annie asesinar a un camarada.

Levi sabía que Giselle se estaría culpando de ello, seguramente su mente ya estaba ideando mil formas para delatarse y lanzarse a la boca del lobo en medio del argumento del soldado Arlert, y el no estaba dispuesto a ello, principalmente porque no se contendría si alguien osara poner un dedo sobre la soldado Church.