42. Días antes de la gran batalla

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Días antes de la gran batalla

Después de la coronación de la reina Historia Reiss un par de cosas habían cambiado y mejorado para la legión de reconocimiento, y Paradis en sí.

Primero, la reina Historia junto al capitán Levi se habían dispuesto a proporcionar una granja para el cuidado y atención de todos los niños huérfanos de Paradis y la ciudad subterránea, incluso los súbditos la habían nombrado la reina granjera en benevolencia por todos sus servicios al país.

Levi, por su parte, había demostrado no solo a toda la legión, si no que a Paradis completo, que no tan solo era un gran capitán, sino que también, un estupendo hombre gracias a sus iniciativas y demandas de cuidar a los niños, cosa que tenía completamente orgullosa a Giselle Church.

Segundo, gracias a la destrucción de la iglesia de cristal en el territorio de Rod Reiss, la nación pudo extraer el material luminoso del cual estaban construidas las paredes, y aportar con un nuevo elemento que proporcionaba luz natural a todos los súbditos logrando facilitarles el día a día.

Tercero, la purga que se realizó a la milicia, eliminado todos los cabecillas y soldados encargados de ocultar secretos y mantener el estado corrupto, hizo que el número de hombres y mujeres tras las filas disminuya, sin embargo, gracias al endurecimiento de titán que Eren Jaeger había logrado realizar en la iglesia de cristal ahora contaban con una nueva arma que facilitaba el trabajo y aportaba con la reconstrucción de las murallas caídas.

Cuarto, el equipo científico de la subcomandante Hange Zoe aportó nuevas ideas y proyectos para matar titanes desprendiéndose de los viejos movimientos, ahora se podía degollar a los grandes de 12 metros desde las murallas con un simple y rustico mecanismo.

Se estaban efectuando experimentos con el endurecimiento de titán, causando cansancio y síntomas secundarios en el cuerpo de Eren Jaeger.

Se descubrió que el titán fundador, y los antiguos reyes de Paradis, tenían el poder de cambiar y borrar las memorias, por lo que el pasado de los eldianos era una completa incógnita y se desconocía el verdadero motivo de su existencia.

Incluso, se había descubierto, que los titanes podrían llegar a ser humanos viviendo una interminable pesadilla dentro de los cuerpos de los titanes, cosa que Eren Jaeger confirmó tras sus múltiples experiencias en el cuerpo titánico del titán fundador.

Además, tras la experiencia en la iglesia de cristal, Eren Jaeger fue capaz de obtener fragmentos de recuerdos de la vida de su padre, el doctor Grisha Jaeger, quién parecía tener un pasado incierto y repleto de incógnitas que nadie podía resolver, excepto un hombre, el cual se había presentado en los recuerdos y Eren había logrado reconocer, Keith Shadis, el reclutador de la milicia.

Días más tarde, un pequeño grupo fue a visitar a Ketih Shadis para obtener la información perdida de Grisha Jaeger, sin embargo, solo pudieron obtener pequeños indicios de ella y, lo principal, era que la verdad absoluta de todo se encontraba en el subterráneo en la casa de los Jaeger en Shiganshina, por lo que la recuperación de la muralla maría no solo era importante, sino que, era vital para lograr una victoria a la humanidad.

Eso lo tenían más que claro, incluso Eren Jaeger, quién no solo estaba peligrando su vida tras los múltiples experimentos con su cuerpo titánico, si no que su estado de ánimo actual lentamente decaía, trayendo consigo una lenta amargura.

Finalmente, pero no menos importante, los cabecillas de la legión de reconocimiento se preparaban para la conferencia junto a Erwin Smith para el próximo ataque, la gran recuperación de la muralla maría, para la cual solo quedaban dos días.

Giselle Church y su futuro esposo Levi Ackerman caminaban a la par por los largos pasillos del cuartel general de la legión de reconocimiento, utilizando el nuevo y elegante uniforme y las brillantes sortijas que la reina historia les había regalado por su pronto matrimonio.

Levi no se acostumbraba a esa nueva carga que tenía sobre él, la cual Erwin le había otorgado unos días atrás, la jeringa que Kenny, su tío, poseía minutos antes de morir, ahora estaba en su posesión y el día en que algo realmente duro suceda, él iba a ser el único encargado de decidir qué es lo que ocurriría con ese líquido espinal que ocultaba el vidrio y transformaba humanos en titanes.

Ni mucho menos se acostumbraba a la idea de poseer un apellido, él toda su vida fue simplemente Levi, pero resultaba que ahora era un Ackerman y, por lo que todos sospechaban, los Ackerman eran una familia de guerreros, eso se podía observar con tan solo ver a Mikasa y Levi, quienes eran considerados los soldados más fuertes de la humanidad.

Suspiró cansado.

Todos los acontecimientos que estaban ocurriendo a su alrededor lo tenían agotado, y ese pequeño sentimiento de que algo más grande de lo que de podía imaginar estaba por ocurrir no se quitaba de su boca.

Giselle lo notó y, antes de ingresar a la oficina de Erwin Smith, rosó sus dedos con los de Levi y lo acarició unos segundos evitando que su capitán volviera a ese estado de frustración en el cual se ha mantenido los últimos días.

Él la observó y con la más sincera sonrisa le agradeció a Giselle por su presencia, al pequeño ángel de la legión.

-¿Qué hacen tortolitos? -preguntó Hange llegando en las puntas de sus botas. -La puerta no se abrirá sola.

-¿Tienes que ser tan ruidosa? -preguntó Levi sobando sus cienes. -Sabes que estamos a tan solo unos metros, no es necesario gritar.

-Levi -lo regañó Giselle. -Solo conversábamos Hange -mintió. -Levi quiere saber urgentemente cuanto falta para nuestra boda -dijo entre risas avergonzando a su prometido.

-¿No te aguantas, eh? -preguntó Hange pasando su brazo por los hombros de Levi y Giselle. -Ya quisiera yo tener un amor así, no sabía que eras un romántico, Levi.

-Cállate, cuatro ojos.

-¡Gi, contrólalo! -pidió Hange entre sonrisas juguetonas.

Levi suspiro frustrado e ingresó a la gran sala de conferencias de Erwin Smith, el cual ya se encontraba sentando en el medio bebiendo una pequeña taza de té negro y esperando al resto con sus propias tazas servidas.

El pelinegro agradeció el gesto enormemente y se sentó a un lado de Erwin con una pierna sobre la otra y la mirada ennegrecida, solo quería callar a Hange quién aún se burlaba de él junto a una divertida Giselle.

-¿Día difícil? -preguntó Erwin en un murmuro divertido.

-Han estado así toda la puta semana -comentó Levi. -Hange está como loca por la boda, toca la puerta de Gi cada dos minutos para comentarle sobre nuevos mecanismos para que la ceremonia sea mas "memorable" -dijo haciendo comillas en el aire. -Ya decidí dejarlas por la paz.

-Es la mejor decisión que has tomado, Levi -dijo riendo Erwin. -No me había dado el tiempo de decirlo pero, Felicidades, no pudiste haber encontrado mejor mujer que Giselle Church.

Los ojos de Levi se abrieron en sorpresa, nunca había escuchado a Erwin Smith elogiar de esa manera a un soldado, ni mucho menos a una tan intrépida como Giselle, pero estaba de acuerdo, él se había quedado con la mejor mujer de la legión de reconocimiento, y de todo Paradis.

La observó con la mirada teñida en ternura y sonrió, porque aquella mujercita era suya y de nadie más.

-Lo sé, tengo a la mejor de todas -confesó Levi. -Pero esos cumplidos no te salvaran de la conversación que tendremos después -sentenció.

-Esta bien -aceptó Erwin con pesar, por que sabía que su protector amigo nunca dejaría pasar que Erwin fuera a la batalla en esas condiciones.

-Bien -concordó el pelinegro.

Erwin sonrió satisfecho ante la respuesta de Levi y, ya con todos en la sala de conferencias, dio por iniciado la última reunión antes de la gran recuperación de la muralla maría, antes del infierno. 

Sueños de libertad - Levi Ackerman.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora