27. Titanes - Parte II

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Titanes – Parte II

Cuando Giselle se impulsó con fuerza hacia la superficie de la muralla, Eren Jaeger tomó una de sus manos con delicadeza y la ayudó a subir. No habían estado tan cerca desde la batalla contra el titán femenino en el bosque, desde que sus amigos del escuadrón de operaciones especiales habían muerto defendiéndolo, y se sentía un poco incómodo.

No era que la presencia de Giselle fuera una molestia para él, pero si sentía que le debía una gran disculpa, o al menos unas palabras en conmemoración de sus amigos caídos.

Eren se sentó en cuclillas a un lado de Giselle, y con su infantil mirada azul verdosa, la observó fijamente.

- ¿Qué ocurre, Eren? -pregunto ella acomodando el pañuelo que colgaba de su mano derecha.

- oh, nada -musitó. - ¿Estas bien? -pregunto el chico titán en un murmuro avergonzado.

Giselle sonrió enternecida hacia la debilucha figura de Eren, se veía en extremo adorable y ella solo quería abalanzarse sobre él y decirle que todo estaría bien, que en realidad no tenía que disculparse por nada porque todo lo que hicieron Petra, Auro, Erd y Gunther, fue por el bien de la humanidad.

Pero tenía que ser fuerte, y permitir que Eren se expresará, al menos eso lo ayudaría a quitarse el peso de sus hombros.

Ella se levantó de su posición para asegurar, con mayor precisión, las correas que se movieron durante la batalla.

-Estoy bien, un poco cansada ¿y tú? -dijo Gi fingiendo desinterés.

-Bien, bien -murmuro Eren aún en cuclillas. -Gi, lo siento -soltó así sin más.

- ¿Por qué?

-Por la muerte de...de Petra y Auro -trago en seco. -De Erd y Gunther, de todo lo que pasó en el bosque, yo lo siento.

Un pequeño sollozo escapó de los labios de Eren, se sentía en extremo angustiado, quería el perdón de Giselle a toda costa, no solo porque ella era la última élite con vida, sino que también, porque Giselle Church se había convertido en su amiga, y le desesperaba no poder acercársele sin sentir culpa.

Giselle se agacho hasta quedar a la altura de Eren y poder observar sus grandes ojos azul verdoso con tranquilidad, y entonces sonrió, entregándole cada uno de los sentimientos que había ocultado sobre la muerte de sus amigos, y brindándole la seguridad para continuar.

-Ellos entregaron sus corazones -dijo Gi susurrando. -No tienes por qué pedir perdón, Eren, mis amigos se sentirían orgullosos de haber contribuido con la victoria de la humanidad.

-Pero Gi...

-Y no te preocupes por mí, yo los recuerdo día a día, con amor y cariño, ya no duele -explicó la muchacha. -Deberías hacer lo mismo.

Eren limpió la pequeña lagrimilla que escapó por uno de sus ojos y sonrió profundamente agradecido a Giselle, él sabía que aquella última soldado élite llegaría muy lejos, porque todo estaba escrito en su destino.

Giselle se despidió de Eren con un pequeño gesto y caminó hacia Hange, quién revisaba histéricamente cada uno de los heridos en combate, principalmente Ymir, la chica que había ocultado por años su condición de titán y ahora humeaba vapor de sus heridas.

Era increíblemente sospechoso como es que la chica había logrado ocultar todo aquello durante años, considerando que Eren había descubierto su condición de titán por accidente y que Annie Leonheart era una experta en combate, pero esta chica nunca había resaltado, ni siquiera en habilidades de lucha, ella simplemente se pasaba todo el día a un lado de la soldado Reiss.

Sueños de libertad - Levi Ackerman.Where stories live. Discover now