Sueños de libertad - Levi Ackerman.

35. Tonta, tonta, Giselle

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Tonta, tonta, Giselle.

Cuando Kenny el destripador mencionó el nombre de su adorada Giselle, con ese tono de voz sureño y elevado tan característico, Levi sintió que la poca comida que había ingerido esa mañana se le revolvía en su apretado estómago.

Conocía muy bien a Kenny, y sabía que si no lograba atraparlo en esa pequeña cantina del distrito de Trost, en donde lo tenía acorralado tras un pequeño mesón, iría a por ella sin dudarlo.

Debía hacer algo, y debía hacerlo ya.

Entonces, contra toda su jurisdicción de no involucrar civiles en la lucha, y considerando que un gran número de personas se encontraban en la cantina, disparó la escopeta que se escondía tras el mostrador hacia el cuerpo de Kenny y escapó rápidamente por los aires en busca de sus subordinados.

No sabía, o en realidad, no entendía cómo es que Kenny había descifrado que Giselle Church era la persona más importante para él entre sus filas de soldados, pero lamentablemente, y por error de Levi, ella ya era parte de la lista de más buscados del criminal.

Levi solo tenía una misera opción, ignorar a Giselle el tiempo que sea necesario en el distrito de Trost para que Kenny la descartada rotundamente. Y eso es lo que había hecho hasta el momento.

La había ignorado olímpicamente confiando plenamente en que su chica sabría cuidarse las espaldas sola, no contaba con que Giselle arriesgaría su vida de esa forma para ir tras Historia Reiss, aunque lo intuía, no solo porque su valiente soldado era de corazón noble, sino que también, porque Historia era una persona importante para ella y Gi no permitiría que le hicieran daño, o que se vaya de su vida tal cual hicieron Camille, Petra y los demás.

-¡Capitán! -gritó Jean frenéticamente mientras observaba como Giselle volaba por los aires tras Historia y Eren.

-¡quédense aquí! -ordenó Levi preparando su equipo tridimensional.

El pelinegro masculló molesto mientras se impulsaba con rapidez hacia la misma dirección en la que se había perdido Giselle, desafortunadamente su chica se encontraba a ya unos kilómetros de distancia por lo que Levi no era de mucha ayuda.

-¡Giselle! -gritó Jean quién había seguido a Levi desobedeciendo sus órdenes. -¡Capitán, le están disparando!

-¡Jean, vuelve con los demás! -ordenó Levi con la mirada fija en el cuerpo de la castaña. -¡Escapen!

La carroza en la cual se llevaban a Historia y Eren avanzaba con gran rapidez, al igual que Giselle, quién se movía estratégicamente a través de los arboles mientras esquivaba las balas del hombre que reía frenéticamente ante su lucha.

Jean, quién se sentía completamente en deuda con su mejor amiga después de haberle salvado la vida de esa manera, no sabía si seguir las ordenes de Levi o abalanzarse contra el hombre que le disparaba sádicamente a la castaña.

Tenía miedo por ella, aunque sabía que su amiga era fuerte, aunque sabia que saldría de esa y probablemente en un par de horas más estarían riendo de ello, aun así temía porque no quería perderla, no quería olvidar su rostro y su sonrisa como lo hizo con Marco.

-¡Ahora! -gritó Levi nuevamente con aire de desesperación.

El castaño ahogo sus palabras de reproche y decidió volver con su equipo, confiaba en el capitán Levi, pero el también deseaba poder hacer algo por Giselle.

Levi tenía el corazón frenético bajo su pecho, porque sabía que si Gi hacia un pequeño movimiento en falso una de esas mortales balas terminaría sobre su lechosa piel, y él no sabía cómo reaccionaría si aquello sucedía.