43. La boda

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La boda

Capítulo extra largo 

Pocas horas después de la reunión con Erwin Smith, un importante acontecimiento se efectuaría en el gran salón del cuartel general de la legión de reconocimiento, la boda de dos grandes héroes.

Giselle Church y Levi Ackerman.

Lo habían decidido así cuando comenzaron a notar que el tiempo pasaba a su alrededor y la fecha correcta para su boda nunca llegaba.

Las tareas de la legión eran infinitas, y los descubrimientos sobre los titanes aún más, entonces cuando Erwin Smith y Hange Zoe habían propuesto que dos días antes de la recuperación de la muralla maría era una fecha simbólica para la unión de los dos más grandes héroes de la legión de reconocimiento, Gi y Levi lo aceptaron.

Y ahí estaban, mirándose fijamente antes de abandonar la gran sala de conferencias tras la última reunión de equipo con Erwin y los demás, esperando las últimas horas que quedaban antes de la ceremonia y el festín con carne que se otorgaría en el gran comedor.

-Te veo allí -murmuro Levi a Giselle, quién asintió con los ojos inyectados en emoción.

-Te veo allí -repitió antes de abandonar la puerta de la sala de conferencias.

Intento correr a su habitación, para lograr descansar aunque sea unos minutos antes de la larga tarde y noche que se le vendrían, pero fue imposible, porque la reina historia, un sequito de damas de compañía y las chicas del escuadrón junto a Hange Zoe la esperaban ansiosas en el pasillo del cuartel.

Historia se apresuró a su amiga y jalo de ella por todo el pasillo hasta una habitación dispuesta para todas las chicas que quisieran acompañar a Giselle en su día especial.

Se habían organizado tan bien, que incluso el hermoso y elegante vestido de Giselle se encontraba colgando de un pequeño gancho a un lado de la ventana.

Era un vestido que madame Gravois, la vieja mujer de la cantina del subterráneo quién había criado a Giselle por petición de Farlan, le había enviado tras la carta que recibió de Levi Ackerman en secreto.

El pelinegro había decidido invitar a la mujer que cuido de Giselle a la boda, para sorprenderla y traer algo del subterráneo que les recordará sus orígenes, incluso tal vez comprar su libertad, sin embargo la vieja mujer se negó pero, tras esa negación, llegó un gran paquete con una pequeña carta de felicitación.

La carta no decía mucho, ni tampoco era tan elegante, sin embargo se había esmerado con el vestido, el cual Levi dudo de su procedencia.

Cuando Giselle lo examino, con los ojos teñidos en nostalgia, lo reconoció de inmediato. Era el hermoso vestido que la vieja mujer había utilizado en su juventud, cuando se había casado con el único amor de su vida y guardaba en un gran baúl escondido en su habitación.

En su infancia, cuando Giselle aún era una pequeña mocosa que no podía atender la cantina, Madame Gravois la dispuso para ordenar la gran casa en donde vivían. Fue allí, tras días de inspección, que se encontró con el vestido de ensueño y juro que lo utilizaría algún día.

Nunca se imaginó que ese día, al igual que para Madame Gravois, sería para casarse con el amor de su vida.

Se acercó a la ventana con paso tembloroso y tocó el suave encaje de la gran falda, con el pequeño nudo en el estomago y las manos temblorosas, el día finalmente había llegado.

Sueños de libertad - Levi Ackerman.Where stories live. Discover now