Sueños de libertad - Levi Ackerman.

32. Los días antes de la llegada de Hange

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Los días antes de la llegada de Hange

Advertencia: es mi capitulo fav, así que léanlo con amor.

Levi había sido uno de los primeros en el mando en enterarse que el valiente comandante Erwin Smith no se encontraba en todos sus cabales, él había perdido por completo el sentido en medio de la lucha por la recuperación de Eren Jaeger, y no tan solo eso, sino que también, Erwin había perdido su brazo izquierdo.

Ahora le legión se encontraba totalmente desprotegida, con Erwin en recuperación e inhabilitado para la lucha, y posiblemente, con una nueva amenaza en el aire, todo el poder recaía en la subcomandante Hange Zoe y el testarudo capitán Levi.

Después de la batalla de rescate, la legión había perdido su habitual ánimo, se encontraban en medio de una espesa nube negra, con las sesenta muertes que se cargaban por cubrirle las espaldas a Eren, el escape de los traidores y la pronta muerte del Pastor Nick.

Él sabía muchas cosas, cosas que no había alcanzado a revelar a la legión, había sido un hombre inquebrantable, lo poco y mucho que había comentado a la legión era el verdadero origen de Krista Lenz, ahora, Historia Reiss, y por lo mismo lo asesinaron en medio de su habitación, horriblemente torturado.

Todo había ocurrido muy rápido, y la única testigo de lo poco que quedó del pastor Nick, fue Hange, quién se lo comentó con un animo sepulcral a Levi y Giselle.

Para la pareja la noticia cayó como un balde de agua fría de realidad, principalmente porque llevaban ya un par de días encerrados en una gigantesca cabaña de piedra en la mitad de la nada junto al nuevo equipo de operaciones especiales de Levi, y habían decidido encerrarse en su propia burbuja, ignorando el hecho de todas las verdades que finalmente estaban siendo reveladas.

Esta decisión la habían tomado en conjunto cuando, con la mirada perdida, Hange comentó su teoría sobre los titanes, la cruda teoría de que eran humanos transformados en esos gigantes monstruos, todo parecía tan surrealista, que Levi y Giselle simplemente habían apagado su interruptor de realidad mecánicamente.

Cuando Erwin ordenó que se siguiera experimentando con el cuerpo de Eren en forma de titán, fue casi como si la pareja escuchará un coro de ángeles en sus oídos, era el momento preciso y el escape que tanto necesitaban para volver a encontrarse con ellos mismos y la misión de la humanidad.

Y así había sido, ellos se habían unido aún más durante esos días, sin mencionar que Levi finalmente la había nombrado su mano derecha y segunda líder de escuadrón, ahora eran iguales, en todos los sentidos, y eso tenía a Giselle en un total estado de euforia, se sentía completa y totalmente enamorada.

Lo había decidido, Levi era el hombre de su vida.

La rutina diaria era común, por las noches Giselle y Levi montaban guardia unas horas mientras admiraban las estrellas y se contaban anécdotas del subterráneo, por las tardes Gi entrenaba tiro al arco con Sasha, Jean y Connie mientras apostaban quién hacía el almuerzo, por las mañanas conversaba con Historia e intentaba animarla, y al medio día se arrancaba a la pequeña laguna cercana al bosque y conversaba en secreto con sus amigos perdidos, quienes ya no se encontraban a su lado.

Levi la había descubierto al tercer día en que Giselle desaparecía antes del almuerzo, decidió seguirla cautelosamente hasta que se encontró con ella sentada a una orilla de la laguna, tocando el pequeño collar de luna que colgaba de su cuello y parloteando al aire, en realidad no al aire, ella llamaba a Camille y a su escuadrón, les hablaba con dulzura y añoranza.