Cap. 83 Promesas

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A Münch le parecía eterno el regreso a Múnich. A decir verdad le parecía eterno el tiempo que llevaba sin ver a su amada. Este mientras el vehículo frecuentaba la carretera vieja entre los bosques frondosos , seguido de varios vehículos militares; no podía apartar de sus pensamientos la noche de amor con Kadisha. El por qué de tanto sufrimiento hacia una mujer que sentía como cualquier mujer alemana de lo más refinada. La joven judía le había robado el corazón y su alma por completo . Su pecho dolía al igual que ardía su fuego en su interior al pensar en ella. Pese a ello hoy había llegado su día...
Münch les acercaría junto a Thomas a las cercanías de la frontera Suiza . Sentía miedo al pensarlo y varias preguntas en su cabeza comenzaron a intranquilizar su poco sosiego.

¿Y si no eran capaces de cruzar la frontera? Quizás alguna patrulla alemana podía interceptarles y así romper tan anhelado sueño de respirar aires de libertad .
¿Lograrían llegar hasta  su destino? ...

El Teniente Münch , sufría en el silencio del trayecto a Múnich.
Los nervios y el miedo se habían
apoderado de él sin tregua.
Kadisha solo había sido suya una vez , y le bastó para saber que ya jamás la olvidaría. Sin embargo su vida debía continuar sin ella. La guerra les separaba ...

En la residencia Baumann...

Minna había decidido junto a Heidi abandonar Múnich. Allí ya no les quedaba nada y lo mejor era retirarse a pueblos más pequeños donde emprender una nueva vida...

_ Heidi ... acuérdate de coger sólo lo esencial y de valor. El resto por desgracia deberá quedarse en esta casa.-
Le dijo haciendo sus maletas.

_¡Si Sra Günther! Es una lástima ver esta casa sin vida y a su vez abandonada a su suerte.-
Añadió la joven entristecida .

_En efecto Heidi pero... esta casa no es segura para dos mujeres solitarias. Los asaltantes no tardarán en intentar entrar , y más a sabiendas que el General ha muerto.-
Le intentaba hacerle entender , mientras esta se dirigía al salón , tras meter algunas de sus pertenencias en sus maletas.

_¡Sra Günther ! ¿Está usted requisando la ...plata? ¡Dios mío que atrevimiento por su parte!-
Espetó con los ojos como platos.

_¿Pretendes que la disfruten los ladrones? ¿Cuantas veces la he limpiado y abrillantado niña?
¡Esta plata no se quedará en esta casa a merced de los ladrones!
¿Comprendes? Así que ...¡Deja de hacerte la remilgada y ayúdame a recogerla! -

Le ordenó Minna recogiendo los candelabros que habían sobre un mueble

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Le ordenó Minna recogiendo los candelabros que habían sobre un mueble. Heidi la miró y se echó unas risas por lo bajo . La joven comenzó a recoger los objetos de valor como le ordenó Minna.

Por otro lado , después de ocho horas de camino , Münch hacía su llegada a Múnich. Como había dicho en un principio , se dirigió a la vieja comandancia que hasta hacía poco había sido dirigida por el General Baumann. Allí le esperaban algunos oficiales que estaban al mando junto al malogrado Dieter . Los autos militares aparcaron frente a las puertas, que eran custodiadas por dos soldados erguidos con rifle en mano...
Ambos saludaron al teniente al pasar por su lado. Münch entró a toda prisa quitándose sus guantes de piel y colocando su gorra bajo su brazo.

La Hija del General y el  ChóferWhere stories live. Discover now