Cap.22 La Llegada al Infierno

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Habían perdido la noción del tiempo en el interior de aquel maltrecho vagón. Debían de haber pasado varios días puesto que algunos cadavéres yacían por el suelo, interrumpiendo el poco espacio que había en el sucio recinto. Varios bebés habían fallecido en los brazos de sus madres ...
Estas se lamentaban con sus pequeños cuerpos fríos e inertes  aún en sus brazos , esperando a oír sus llantos de nuevo , resignándose a que sus pequeños corazones habían dejado de latir a causa del hambre , la falta de agua y el aire impuro que se respiraba en el interior de aquel sucio vagón, la muerte se había adueñado del viejo tren poco a poco y día tras día...
Los enfermos , algunos niños y ancianos no habían podido resistir el largo trayecto , un trayecto que les llevaba a las entrañas del infierno. El hedor nauseabundo de los cuerpos en descomposición junto a los propios excrementos de los que aún seguían con vida, se había apoderado del poco aire fresco que lograba entrar por la pequeña ventana casi tapiada.

 El hedor nauseabundo de los cuerpos en descomposición junto a los propios excrementos de los que aún seguían con vida, se había apoderado del poco aire fresco que lograba entrar por la pequeña ventana casi tapiada

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El sonido de los lamentos dominaba el habitáculo junto a
las risas de los que habían
perdido el sano juicio. Ada apenas respiraba , esta agonizaba sobre las rodillas de su hija . Kadisha tan debilitada como el resto , era testigo como a su madre se le apagaba la vida igual que a una vela que se consume lentamente con el paso de los minutos.
Abraham estaba sentado en un rincón abrazado a su hijo Dorian,
al pequeño parecía que sus oscuros ojos se le salían de sus cuencas a causa de su delgadez.
Abraham observaba a su alrededor la cruel y triste imagen, comprendió que había llegado el fin y no valía la pena resistirse a la muerte , era el final de sus vidas ... un final que llegaba de forma despiadada  y víctima de unos degenerados, la muerte les acechaba sigilosa , sólo era cuestión de poco tiempo , sus cuerpos ya no podían luchar más.
Este sugirió a sus hijos que cerraran los ojos y pensaran en Dios , que recordaran los buenos momentos juntos .Días como los que  solían pasar después de rezar en la Sinagoga junto a los amigos y otros familiares antes de que estos emigraran a otras partes de Europa al escuchar que se estrechaba el cerco a los judíos en Polonia. Esas tardes donde la mesa estaba repleta de deliciosa comida y exquisitos dulces que hacía Ada y donde terminaban tocando el piano Kerem y Kadisha acompañado de unas risas.

Kerem... su preciado hijo mayor y el hermano que tanto arropaba a Kadisha y al pequeño Dorian y del cual tanto tenían todavía que aprender, ahora nadie sabía de su paradero. Abraham se arrepentía de no haber hecho caso a su hijo mayor, debían haber abandonado su hogar en la calle Dawna y haberse arriesgado a esconderse en otro lugar como le sugirió Kerem. Pero el miedo a lo desconocido y a ser descubierto por los soldados alemanes había obcecado su mente , sin tomar consejo alguno. Ahora no había escapatoria, su destino estaba escrito y estaba de camino en aquel horrible tren que olía y despedía el hedor a muerte.
Mientras la familia Rabinowitz
se rendía a perder su vida , recordando los buenos momentos y rogando por la vida de Kerem , el tren de la muerte se detuvo de inmediato sacudiendo a los pocos  que quedaban con vida en el interior. Tras unos minutos se oyeron unas voces estridentes...

_Wir gehen!! Öffne diese
Türen!!-
(¡Vamos! ¡Abran esas puertas!).
Dijo un soldado alemán en su alemán puro al igual que su raza.
Se oyó el ruido del cerrojo del viejo portón de madera como chirriaba y se abría . Un gran golpe de aire fresco y a la vez frío junto a unos rayos de luz provenientes del sol , invadió la estancia cegando los ojos de estos , tapándose como si jamás hubieran visto la luz del día. Los soldados con sus uniformes pulcros a diferencia de las ropas sucias y malolientes que llevaban los pocos judíos sobrevivientes al largo viaje , abrieron las puertas en su totalidad y empezaron a hablar en su lengua refinada pero a la vez estridente...

La Hija del General y el  ChóferOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz