Cap.38 El Fin de un Sueño

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Abraham se debilitaba poco a poco , sus pulmones se habían enfermado en los días fríos y húmedos del campo , su cuerpo
perdía fuerza física día a día.
Dorian que había cumplido los 11 años siendo un prisionero , ahora debía comportarse como un pequeño hombrecillo cuidando de su padre.  Abraham sabía que en esas condiciones su vida no duraría mucho tiempo , pensaba en Kadisha y en Dorian , en ese lugar encerrados con un futuro incierto pero ...

Y ¿Kerem?...No sabía nada de su hijo mayor , pensó que si no le mataba la tuberculosis que tenía , le mataría la incertidumbre de no saber del paradero de su hijo mayor. Allí estando enfermo ,era difícil sobrevivir en aquellas condiciones. La falta y escasez de alimentos , medicinas y ropa de abrigo , había hecho mella en su cuerpo y en el de los prisioneros que se pasaban el día trabajando para conseguir un insulso plato
de sopa , y un pedazo de pan duro. Aquella mañana , había salido con los otros prisioneros
del viejo barracón de madera, como cada mañana le esperaba un día duro en la cantera retirando piedras para hacer muros. La noche anterior la había pasado con mucha fiebre y tosiendo , su pañuelo dejaba ver una mancha rojiza anunciando que la tuberculosis había avanzado con rapidez y debilitando su enfermo cuerpo día a día. Cuando iba de camino a coger la carretilla para transportar las piedras, Abraham se desplomó ante la mirada de algunos que estaban presentes y de un alemán que fusil en mano les controlaba...

_Du jude! Aufstehen!-
(¡Tú judío! ¡Levántate!).
Dijo el soldado golpeando a Abraham con el fusil que llevaba en mano. Este intentó con todas sus fuerzas incorporarse pero esas mismas fuerzas le fallaron y dos compañeros que habían del mismo barracón fueron en su ayuda , pero el soldado les golpeó de la misma forma para que se apartaran de él.

Dorian que estaba por la zona transportando pequeñas piedras
y repartiendo agua con una tina
y un viejo cazo, se quedó algo inquieto y asustado mirando la escena desde donde estaba .El pequeño no sabía que hacer en ese momento, sabía que si él socorría a su padre, los soldados les golpearían a los dos con ahínco.  Dejar el trabajo para socorrer a alguien que yacía en el suelo ,
no estaba permitido . Allí no existía la compasión por su parte, el preso que caía en el suelo por estar enfermo , era ejecutado en ese mismo lugar .Pero Dorian era incapaz de abandonar a su padre
a su suerte, allí sobre el suelo como fuera un simple deshecho inservible . El pequeño después de pensar en lo que podía sucederles a ambos, soltó su carretilla y decidió ir a ayudar a su padre si pensarlo más . Este corría con pasos dudosos sobre el terreno embarrado y concurrido de duras piedras que hacían mella en sus pies apenas cubiertos por unas simples zapatillas viejas y rotas.

Dorian había dejado su niñezpara convertirse en un pequeño guerrero que trabajaba a cambio de conservar su corta vida , una vida que ahora debía afrontar en un campo de exterminio donde el que sobrevivía era un gran privilegiado a pesar de las dur...

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Dorian había dejado su niñez
para convertirse en un pequeño guerrero que trabajaba a cambio de conservar su corta vida , una vida que ahora debía afrontar en un campo de exterminio donde
el que sobrevivía era un gran privilegiado a pesar de las duras circunstancias.

_¡Padre, padre! ¿Qué le ocurre? -
Preguntó Dorian intentando levantarle.

_No ... no es nada hijo. Sólo estoy algo cansado.-
Le dijo apoyándose en él. El soldado se reía sin escrúpulos al ver la escena.

La Hija del General y el  ChóferWhere stories live. Discover now