Novela Concluida
Kerem Rabinowitz ...
Un apuesto joven que vivía como un judío polaco más y Ebba Baumann , la joven hija de un General de la SS...
Cruzarán sus caminos víctimas del odio y de la venganza.
Pero con el paso de los días los planes de...
Kerem salió de nuevo a la calle , eran las 9.30 de la mañana. No había tregua para los soldados que paseaban en pareja por las calles del Gueto. Algunos sólo se dedicaban a pedirles documentos y otros disfrutaban intimidando a los niños o entorpeciendo y burlándose de los pobres ancianos que deambulaban perdidos y desconcertados en busca de cobijo y alimento. Kerem mientras se apresuraba hasta llegar a su casa , pensaba en la manera de poder salir aquella noche sin alarmar a su familia, ya que su padre custodiaba la seguridad de esta a toda costa. Si bien , salir a las calles de Varsovia en pleno día significaba un riesgo , hacerlo en el silencio y la oscuridad de la noche podía ser como resultado la muerte y ...en el menor de los casos el arresto y deporte a los campos. Últimamente habían sido testigos del arresto de varias familias de las que ya nunca se había vuelto a saber. Frente a ellos vivía la familia Sas que había sido detenida hacía ya una semana. En la oscuridad de la noche pudieron ser testigos de como se llevaban a seis de los siete miembros que vivían en la tercera planta de aquel viejo edificio. Solamente Adael había salvado su vida escondiéndose entre las ruinas de lo que quedaba en el apartamento abandonado de la primera planta.
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Este le había contado a Abraham que la Gestapo se habían llevado a su hermano y a toda su familia . Se decía que habían sido deportados al campo de Treblinka, un campo donde los judíos llegaban en masa y sin esperanza alguna de sobrevivir. Ahora era el momento de que Kerem arriesgara la vida por los suyos.
Llegó hasta su casa con cautela por las calles frías de Varsovia , a pesar de estar acercándose el mes de Mayo , subió por las viejas escaleras y abrió con cautela con la llave envejecida de la casa. Pensó que quizás aún estarían acostados ... ya que poco más podían hacer sino era estar alrededor de la mesa redonda del viejo salón lamentándose de la vida miserable en la que estaban inmersos.
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Tras abrir y entrar se encontró con la mirada desafiante de su padre, este le esperaba sentado en un viejo sofá desde el cual antiguamente se podían tomar unos rayos de sol , aquellos rayos de sol que pasaban a través de las finas cortinas , y donde las contraventanas siempre se habían mantenido abiertas sin necesidad de esconder la vida que se respiraba en aquel lugar a diferencia de ahora , que parecían las puertas de una cárcel , una maldita cárcel donde se sentían presos en su propio hogar , estos podían estar en manos de la Gestapo en cualquier momento , sin escapatoria alguna...
