Cap.35 Marlene la fiel Meretriz

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Tras salir del despacho del General Baumann en las viejas dependencias de Múnich , los tres oficiales decidieron que sentían la necesidad de pasar la noche rodeados de bellas señoritas...
Pasaron por varias de las calles emblemáticas de la ciudad hasta que en una callejuela estrecha y lúgubre , llegaron hasta uno de los burdeles más conocido de Múnich y a la vez más reservado. Varios soldados se encontraban frente a la puerta ...
Algunos de ellos intentaban convencer a las meretrices para que les dejaran pasar un rato con ellas a cambio de otros detalles que no fueran unos marcos...
Soldados con ganas de divertirse un rato y quizás con ganas de olvidarse por unos momentos de el deber que profesaban a su nación.

Establecimiento de copas y señoritas Marlene

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Establecimiento de copas y señoritas Marlene.

_Münch... empiezo a pensar que eres un simple traidor ,un traidor a nuestro Führer.-
Soltó sin más Krämer.

_¿A qué te refieres? Son graves acusaciones las que estás haciendo Krämer.-
Preguntó este desconcertado.
Käiser escuchaba atento la grave acusación de krämer hacia el Teniente Münch.

_Creo que... sientes debilidad
por esos sucios y mugrientos judíos. ¿Me equivoco Teniente ... Münch? Apuesto a que ...no.-
Preguntó con cierto cinismo y retintín soltando el humo de su cigarrillo.

_¡Cómo te atreves! ¿En qué te basas para tal acusación? Maldito hijo de ...
Käiser intervino intentando suavizar el ambiente poniéndose en medio de ambos, impidiendo que se abalanzasen uno sobre otro.

_¡Vamos caballeros! ¿No creen que deberíamos  dejarnos de absurdas acusaciones? Hemos venido a pasarlo bien y a estar un rato con bellas señoritas entonces ¡Entremos ahí dentro y demostremos a esas damas como son los oficiales en el lecho!-
Dijo este guiñándoles un ojo y haciendo una mueca , intentando apaciguar y calmar sus impulsos.

Münch miró a Krämer con ira y este sonrió con cinismo. Estaba claro que Münch no era el ser cruel y sanguinario que parecía ser Krämer pero debía dejar de ser tan débil ante los prisioneros ya que su reputación estaba en juego. Pero Münch no dejaba de pensar en las masacres que ocurrían en los campos con aquella gente inocente y  ante todo pensaba en aquella judía ... en Kadisha.
Tan parecida a su amada Joana,
Kadisha había vuelto a despertar en él aquel recuerdo pasado de
su vida junto a la malograda joven. Algo en ella le envolvía cada vez que la encontraba por el campo deambulando o cuando se dirigía a la cocina donde la Sra Koch la esperaba .Quizás era su belleza cetrina tan diferente a las jóvenes alemanas y a la vez tan parecida a Joana o quizás su timidez junto a su valentía. Münch no sabía en realidad que le atraía tanto de la joven judía pero... ella había hecho que ir a ese maldito campo cada día fuera más ameno por el simple hecho de verla.

Tras el altercado de ambos oficiales estos entraron al interior del burdel. Algunos soldados alemanes cantaban canciones alemanas mientras los tragos de alcohol les dominaban . El humo de los cigarrillos invadía el recinto creando una ligera niebla , entre risas y cantos . Las jóvenes y bellas señoritas se sentaban con picardía sobre las rodillas de los soldados , intentando con sacarles unos marcos . Mientras unos subían a las habitaciones ,otros bajaban tras haber disfrutado de los favores de las meretrices.

La Hija del General y el  ChóferWhere stories live. Discover now