Cap.42 Coincidencias

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Kerem entró en silencio ...
Parecía una casa carente de vida , tan diferente a los recuerdos de
su pequeño hogar , aquellos recuerdos que le invadían el
alma. Tan sólo la Srta Baumann daba vida a esa casa con su presencia . Se dirigió al salón y no encontró a nadie pero sus ojos se posaron sobre un precioso piano de cola en color negro que daba elegancia al salón .El piano que tantas veces tocaba la joven Ebba y que con su música hacía las delicias de todos , aquel piano que su querida madre le regaló siendo apenas una niña y con él que aprendió a tocar .Ese piano era el vínculo que la unía a su difunda madre . Era la unión entre la realidad y la irrealidad de su mundo. Tocarlo la hacía cruzar el límite de la realidad , Ebba cerraba sus ojos y vivía cada nota que tocaba y se transportaba a su mundo , ese mundo donde todo era dulce , afable y donde no existía la crueldad...

 Tocarlo la hacía cruzar el límite de la realidad , Ebba cerraba sus ojos y vivía cada nota que tocaba y se transportaba a su mundo , ese mundo donde todo era dulce , afable y donde no existía la crueldad

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Se acercó a él y suavemente se permitió acariciar sus teclas.
Kerem sabía tocar el piano y recordó aquellas tardes donde él
y Kadisha se sorteaban su viejo piano que tenían en su hogar en la calle Dawna. Se atrevió a tocar unos acordes aprovechando que nadie hacía acto de presencia en la casa. Su piel se erizó al sentir la delicada melodía , sus sentidos
se relajaron de tal forma que no se percató de la presencia de que alguien le estaba escuchando
desde el umbral de la puerta del salón . Alguien que se asombró de la habilidad del chófer...

_¡Bravo Kaufmann! ¿No sabía de su habilidad con el piano?.-
Preguntó la joven sorprendida.

_Yo... perdone mi atrevimiento Srta Baumann , hacía mucho que no tocaba el piano y ...no he podido resistirme a la tentación.-
Le aseguró este poniéndose en pie con rigidez ante la hija del General.

_Me alegra pensar que es usted algo más que...un simple soldado
que pierde el tiempo aplaudiendo la conducta de un dictador.-
Se atrevió a decirle alzando una de sus cejas con provocación.

_ Señorita ... soy algo más que eso. Permítame que me retire,
no quiero molestarla con mi presencia.-
Enunció con seriedad al sentir
que Ebba intentaba provocarle.
Kerem tras el saludo pertinente hizo el ademán de abandonar el
salón pero la joven se lo impidió...

_Kaufmann... ¡Espere! Yo...
¡Lo siento! No quería ser grosera.
Verá no estoy acostumbrada a tratar con los oficiales de mi padre. Para mí es difícil estar rodeada de uniformes y escuchar a todas horas hablar del partido , del Führer y su maldita ideología, la cual me parece tan aburrida...-
Le dijo acercándose a él.

_Soy un soldado y... me debo al Führer Srta Baumann, pero...
ante todo soy un hombre...un hombre con sentimientos y con emociones como cualquier otro.
Sólo me hace parecer ser diferente este uniforme . Siento que usted no entienda cual es el  deber de un soldado en estos tiempos.-
Se atrevió a decirle dirigiéndose a la salida .

_Kaufmann ...no he querido ofenderle , verá ...yo paso la mitad de mi tiempo sola en esta casa , debo dar gracias al servicio que intentan cuidarme como si aún fuera una niña y no una mujer. Mi padre prefiere ocupar todo su tiempo con el partido. Creo que...a veces no recuerda que tiene una hija que necesita de su compañía.-
Se explicaba nerviosa ante el apuesto chófer volteando en su dedo el  anillo de prometida.

La Hija del General y el  ChóferWhere stories live. Discover now