Novela Concluida
Kerem Rabinowitz ...
Un apuesto joven que vivía como un judío polaco más y Ebba Baumann , la joven hija de un General de la SS...
Cruzarán sus caminos víctimas del odio y de la venganza.
Pero con el paso de los días los planes de...
Aquella noche Kerem decidió cenar una vez más con el resto de los empleados. La Sra Günther le observaba, el apuesto chófer le parecía que estaba ausente...
_Sr Kaufmann...¿No le está gustando la cena?- Le preguntó al verle tan callado y sin apenas tomar bocado.
_¡Si por supuesto! Todo está exquisito Heidi . Se dirigió a la cocinera... Sólo que no tengo demasiado apetito.- Le respondió a la Sra Günther tomando de su copa de vino.
_¿Le preocupa a usted algo Sr...Kaufmann? - Preguntó carraspeando. Norbert y Heidi le miraron con disimulo esperando su respuesta.
_No necesariamente... Sra Günther pero ...hoy tuve un desencuentro con el prometido de la Srta Baumann y debo decir que me parece un joven demasiado vanidoso y poco respetuoso.- Se atrevió a decir pasando la servilleta por sus bien formados labios.
_¿Con el Sr Vetter? Ese joven nunca me gustó para la señorita.- Dijo Norbert negando con su cabeza.
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_¡Es un estirado ! A la Srta Baumann le espera una vida llena de tristeza junto a ese hombre.- Añadió Heidi.
_¡No debemos hablar así del prometido de la señorita! . Debemos ser más respetuosos aunque confieso que... no deja de ser un engreído y un ser codicioso .¡Es un pobre diablo!.- Rió la Sra Günther por lo bajo.
_¡Vaya! Pensaba que era el único que creía que Hermann Vetter era un joven un tanto pretencioso y desagradable.- Kerem hizo una leve sonrisa .
_Sr Kaufmann... llevamos varios años trabajando para los Baumann a diferencia de usted , por lo que conocemos quién es quien en esta casa.- Contestó esta haciendo una mueca.
_¡Por supuesto!. Si me disculpan voy a aliviar mi desasosiego con una botella de coñac que guardo en mi habitación , hoy necesito tomar un trago... ¡Gracias por la cena! ¡Buenas Noches!.- Dijo este levantándose de la mesa.Todos se miraron extrañados .
Kerem fue a su habitación y sacó la botella de coñac que guardaba en un rincón y se sirvió un trago. El alcohol pasó lentamente por su garganta arañando cada pedazo de esta. Resopló como si soltara una bocanada de fuego. Desde que se comportaba como un soldado , también se había acostumbrado a las emociones fuertes , el coñac y los cigarrillos ahora eran su gran consuelo. Empezó a tomar un trago , uno tras otro como si este quisiera olvidar todo mal recuerdo que invadía su mente así como olvidar el rostro frío de Hermann Vetter , pero quizás más las palabras hirientes de la Srta Baumann aquella desafortunada noche.
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