II.

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Hades; rey del Inframundo.

El vino pasaba por mis labios sin problemas para frenarse unos instantes y ser disfrutado como se debía, tras haber gozado de sus componentes y sabores lo dejaba pasar por mi garganta como una cascada hasta finalmente acabar en las profundidades de está.

Estaba sentado en lo que probablemente para un mortal es considerado un tronos, pero que para mí era un simple sillón en una sala adornada de finos materiales que delataban el valor de lo superficial del lugar; y en frente de mi se encontraba un igual a mi, un rey, un dios, un hermano.

-Como te decía Hades, me alegra el poder volver a reunirme contigo y Zeus. Aún cuando la situación es una la cual no aparecio.

Llevaba casi una hora conversando con él y recién tocamos el tema del tiempo perdido para algunos y bien gastados para otros como yo, pues 200 años pasaron desde la última reunión en dónde los reyes del mar y los muertos tuvieran que hacerse presente. Pero como dijo Poseidón; "la razón" de esta era la que nos obligaba a estar aquí. Una pelea acontecida dentro del monte Olímpo entre dos dioses que siempre se odiaban, y estando en un mismo lugar era obvio que solo era cuestión de tiempo que algo asi sucediera. Muchas veces se lo había dicho a Zeus sobre ese tema, de que tenía que evitar que ese momento llegar; de que si la molestia era de "en dónde" tenía que irse uno de ellos pues que no se preocupará debido a que yo podia acoger a uno de ellos.

Pero el egoísmo de Zeus pudo más, como siempre era; todo dependía de sí eso a él le gustaba o no. Era obvio que no poder burlarse de uno o alejar a su preferida de él eran cosas que le desagradan. Finalmente lo que sembró dió sus frutos.

-A mi también me alegra mucho hermano mío, hace tiempo que no los veía a ustedes así cómo no ví la luz del sol. -Dije alzando mi copa para aproximar mis labios y beberla, cuando termine de saborearla seguí hablando- Y como tú dices, no es de aprecio de nadie que este sea el motivo, pero era algo que iba a pasar, que tanto tú cómo yo sabíamos. Una bomba de tiempo.

-Menos nuestro querido Zeus. -Añadio él mientras llenaba su vaso de cerveza para luego acabarla de un sorbo-

-Exacto, ¿Pero que podemos hacer nosotros más de lo que haremos en estas próximas horas? ¿Cómo le enseñas a alguien que no desea aprender hermano mío?

La respuesta temprana a mi pregunta fue una sonrisa en su rostro, una sonrisa que me decía que tenía razón y que poco tenía para poderme responder. Solo alejo la mano que tenía tocando su mentón y la otra que sostenía el vaso que hace nada había bebido para aplaudirme y decirme un: "touché". Muchas veces hacia esto cuando ya no le quedaban puntos con que abogar a alguien y hasta el sabía que defender a Zeus en esta ocasión era difícil por no decir imposible.

Me preguntó si Hermes le habrá contado de la forma tan detallada que lo hizo conmigo. Porque Poseidón nunca mencionó algo respecto a la pelea siendo que a él le gustaba abrir los labios para contar y ser contado.

Ya pasó el suficiente tiempo como para que lo hubiera hecho, así que solo me quedaba intuir que no fue así; probablemente Hermes por el cansancio de haber tenido que recorrer todos los reinos en un día no lo hizo o de repente fue Iris y ella evito hacer comentarios de más al no tener con nosotros la confianza como el joven corredor.

-¡Rey del Inframundo! ¡Rey de los mares! Disculpen la demora, pero he tenido que atender unos deberes antes.

Hablando del corredor... Justo llegó.

Yo solo me di media vuelta aún sentado para poder asegurarme que era el y así fue, en cambio Poseidón se levantó y camino hasta donde el estaba a la par que grito el nombre del muchacho solo con el objetivo de abrazarlo. Esto asfixió un poco al pobre pues ví como sus ojos parecían querer salir de sus cuencas y también por el hecho de que le faltaba aire para responder a su tío. Aunque podría jurar que su rostro me exclamaba ayuda, jaja.

En cuanto mi hermano lo soltó y él joven corredor se recompuso yo me pare de mi asiento con gusto para saludarlo de una forma mas educada la cual fue bien atendida por el. Inmediatamente siguió las típicas preguntas como los: "Espero que hayan estado bien", el "¿Cómo se encuentran?", "¿Y que tal el Inframundo?", "¿La Atlántida?". Todo bien respondido obviamente y sin una pizca de falsedad, pero siendo sincero para mí a veces me cansaba de que una conversación iniciará con esas clases preguntas. Una vez acabado con todo eso nos pusimos a caminar por uno de los tantos pasillos, tomábamos rumbo a la sala donde se daría acabo la reunión. ¿Está seguiría siendo llamada la "sala de Los Doce" o finalmente le cambiaron el nombre? Bueno, eso creo que daba igual. Eso sí, a mitad de la camina que estábamos teniendo nos contempló o al menos a mí uns hermosa vista, en esta podíamos ver cómo Helios encima de su dorado carruaje que lo hacía digno de ser el sol nos iluminaba el día a día.

Eso si, me incómodo un poco como lo hizo al llegar con mi esposa. Pues había pasado ya muchos años desde la última vez que deje que el solo me bañara con su luz, ¿Cuántos años? ¿20? ¿25? Diablos, solo no me acordaba; pero si, era mucho tiempo. Encima que andaba vestido como para ir a un funeral(lo cual probablemente podría suceder...) hizo que un poco de calor invada mi cuerpo. Creo que Hermes se dió cuenta de esto porque me preguntó.

-¿Está todo bien tío? Noto que le incómoda un poco la temperatura actual, ¿Desea que le traiga ropas nuevas? -Se había dado media vuelta para hacerme la pregunta; eso sí, nunca dejo de caminar hacia adelante mientras las hacia-

-No, no te preocupes Hermes. Estoy bien así.

-¿Seguro Hades? -Pregunto Poseidón, mirándome y haciendo un gesto pensativo- Intenta andar más cómodo y se cómo yo, quítate esos trapos de encima.

-Jaja, no creo que eso deseé el rey del Inframundo tío Poseidón. -Hablo Hermes-

-¿Y por qué no? Yo soy rey y ando así, no veo el problema.

-El problema es mi estimado hermano que convive con los peces y mariscos en el mar qué; bueno, en el Inframundo las temperaturas son muy bajas a diferencia de la tierra y para nada frescas o con un "agradable" olor como lo es el mar. ¿Me dejo comprender? -Una sonrisa acompañaba mis palabras, se que no debía. Pero no podía evitar lanzarle comentarios así a Poseídon o Zeus cuando podía-

El me miro algo serio aún sabiendo que era una broma, aunque siendo francos podría estar cansado ya de mis comentarios. Eso sí, acercó su rostro a su hombro izquierdo y olió un poco, tras eso exhalo tranquilidad mientras Hermes aguantaba risa que lo mataría si lo hacía. Estaba seguro de que me iba a decir algo para negar el fuerte olor del mar hasta que una puerta se abrió, esto hizo que muchas voces sean escuchadas por mi y mis acompañantes. Echando una pequeña ojeada pude observar a quienes estaban ahi:

Los gemelos del Olimpo e hijos de Zeus, Apolo y Artemisa; el nacido de la pierna del antes nombrado, Dionisio; el que fue tirado y quedado cojo, Hefesto; la más bella de todas y nombrada por el verdadero destructor de Ilion, Afrodita; el guardián del Olimpo y nuevo portador de un trono, Heracles, las hijas de Cronos una vez más sentadas juntas en el monte Olímpo, Hera diosa del matrimonio, Demeter diosa de la agricultura y Hestia diosa del hogar; y la mujer dueña de mi corazón, el Inframundo y sus muertos, Persefone.

-Me alegró de que Hermes finalmente los haya guiado. Es un gusto volver a vemos hermanos.

Y él, el rey, obviamente Zeus no podía faltar. "La familia" principal estaba reunida finalmente, aunque faltaban dos...

Ares y Atenea.

This is War (Esto es la guerra) | Ares and Atenea fanfic Where stories live. Discover now