III.

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Ares.

-¡Maldito! ¡Por eso siempre fuiste odiado y despreciado!

El golpe de su puño bañado en fuego venía contra mí, yo conseguí esquivarle a duras penas. Un segundo puño vino, este lo frene con el mango del tridente; fui arrastrado unos metros atrás por la inercia.

-¡El "señor" de la guerra! ¡El traidor de la guerra iría más contigo!

Tomo un salto y caía con dirección en dónde estaba yo, respirando un poco y haciendo uso del tridente lo golpe con el lateral de este mandando a Helios lejos.

Cerca estaba Afrodita peleando con Demeter, ella esquivaba cada golpe que ella intentaba darle o saltaba las grietas que está provocaba en la tierra.

Los demás dioses en cambió habían sido impedidos de meterse por petición del sol, este decía que tenía cuentas que saldar conmigo. Maldito seas Apolo, cómo deseo poder decirle la verdad a Helios; pero, es casi un hecho que no me va a creer.

Mientras Helios se recomponía yo mire por un momento dónde estaban los dioses que hacían de público, él más ansioso por la victoria del sol era Poseidon; pues, yo cargaba con su tridente en estos momentos como mi arma. Una sonrisa idéntica a cuando gane el juicio por asesinar a su hijo le dedique en mi rostro.

-Seras cabron. —Dijo el que intento acercarse pero fue detenido por Hermes—

No gaste palabras en responder, solo volví a mirar al frente. Helios ya estaba de pie, se alzó y miro con los ojos de un perro rabioso; podía entenderlo, por culpa del odió de Zeus su hermana tuvo que pagar las consecuencias.

El alzó su mano, de esta una esfera de gran ardor se hizo presente. Está rotaba en su propio eje a una velocidad indescriptible hasta llegar al punto de deformarse, se iba ovalando, volviendo una línea, finalmente tomo forma. La de una cadena de fuego que sería el arma de Helios.

Lleve una de mis piernas adelante, la otra la incline ligeramente hacia atrás y con las manos sujete firme el tridente.

-Zeus me tendrá que perdonar, pero seré yo quien ahora te corte esa cabeza por Selene.

Así, decidido, dejando saber que buscaba asesinarme; Helios lanzó aquella cadena de fuego contra mí. Logré esquivar el primer golpe, pero sorpresivo fue el hecho de que rápidamente la cadena entera volvió a estar donde el sol y así dió un segundo ataque; este lo esquivé a duras penas. Era difícil hacerlo con la velocidad que lo hacía. La fuerza en su hombro para alzar aquella cadena de fuego era impresionante.

A lo largo del campo de batalla, por dónde sus azotes iban pasando, rastros de pequeñas llamas de fuego iban quedando. Esto hacía más difícil mis posibilidades de esquivar.

Hasta que finalmente en uno de sus tantos golpes no encontré zona a la cual saltar.

Para cubrirme de aquel ataque, que iba directo a mi rostro tuve que poner el mango del tridente al medio, para mí fortuna la cadena se atasco en este, el calor que recorrió mi arma hizo que mis palmas quisieran soltar el mango. Sin embargo hacer ese capricho sería mi punto final.

Él se dió cuenta de eso, y usando la fuerza de su espalda jalo de la cadena, la fuerza aplicada hizo que el tridente y yo fueramos hasta donde él surcando los aires. En un intento repentino decidí caer con una patada, patada que el freno con su otra mano de la cual el calor del sol empezó a quemar mi planta del pie.

-¡Mierda! —Grite—

Desesperado, y aún sin soltar el mango que cada vez dejaba tostado mis manos, aproveché la cercanía e ignorando el ardor(o al menos intentando) ataque con las tres puntas del arma. Dos de estás fallaron en perforar piel pues pasaron por encima del hombro, pero la restante no; esa logró clavarse en aquel músculo y el grito de Helios no se hizo esperar.

This is War (Esto es la guerra) | Ares and Atenea fanfic Where stories live. Discover now