VIII.

412 49 56
                                    

Atenea; diosa de la guerra.

Salí con Apolo del cuarto de papá, el hombre al qué por mucho tiempo estaba admirando ahora comenzaba a repugnante para mí. No puedo creer que antes lo veía como un padre ejemplar por solo complacer mis mimos y caprichos, sin embargo, gracias a todo lo sucedido finalmente pude verlo con otros ojos.

El no tenía diferencia alguna con su padre Cronos, ni su abuelo Urano. Todos ellos fueron cortados por la misma rama.

Silencio fue lo que reino por muchos minutos mientras mi rubio hermano y yo caminamos por los pasillos, en su cara se notaba una leve sonrisa mientras que en la mi solo refleje seriedad. Cuando estuvimos lo suficiente lejos de su cuarto y llegando a un pasillo que dejaba ver un jardín que resaltaba por la estatua de la cabra que dió a papá de lactar de pequeño nos frenamos. Apolo se apoyo de brazos cruzados contra la pared mientras seguía sonriendo, yo en cambio deje me quedé parada y dándole mi espalda a Apolo mire el jardín, ahora solo quería verlo lo menos posible, su jugada para que Hera abracé a papá fue demasiado sucia incluso para él.

Entonces una conversación se dió, diría que algo natural pero realmente era para mí forzada pues tenía que fingir.

-Y entonces hermanita, ¿Cuando saldrás a por ese salvaje? —No perdió el tiempo en iniciar un tema de conversación, fue directo al grano—

-En cuánto el tiempo sea el correcto hermano, a papá le he dicho que puede demorar de 3 a 6 meses o inclusive más, tenemos que esperar a que un Olímpico sin Olímpo se debilite o al menos sé oxide.

-¿No te parece demasiado? Digo, con todo lo que él desgraciado te hizo a ti, a mí. Merece morir. —Lo escuché algo exaltado diciendo eso, no se que esperaba. El sabía mejor que nadie que yo "cumplía" con lo que papá pedía— Podemos buscarlo ahora, no debe estar tan lejos. Capaz y con lo idiota que es siga en Grecia.

-¿Es que el cerebro solo te da para caprichos y tocar la lira Apolo?

Me exalte, me oi yo misma y sonaba molesta, de remate me di la media vuelta y lo mire directo a sus ojos. Me enojaba todo lo que decía, lo que deseaba. Pero para mí fortuna podía reprocharle dentro de mi papel pues el estaba siendo impulsivo.

-Piensalo bien, una pócima que tu mismo creaste para sanarme por completo, que él bebió. Que pudo ganarme sin su maldita lanza que retenemos como podemos pues el la está llamando y de remate nos ha ganado a tu y a mi, ¡Y que mejor regalo que ir contra el lejos del Olimpo y sin papá! —Daba paso por paso hasta acercarme dónde él, mirándolo con reproché y enojo mientras el se estresaba pues se sentía igual a un niño regañado— Piensa un poco si es que el cerebro te da, ¿Quieres? El tendrá que pasar el resto de sus días hasta que adorne una pica(a no ser que yo pueda evitarlo) en la tierra. ¿Te explico con peras y manzanas que significa eso?

Tomo demasiado aire, los llevo a sus pulmones cerrando de pasó sus ojos y tras unos segundos fue que recién lo expulso. En cuanto hizo eso abrió los ojos y me miró molesto, también me preguntó molesto.

-¿Que significa?

-El Olímpo es un lugar rico en muchas cosas hermanó, aquí hay zonas especializadas para entrenar, un aposento cómodo para cada uno que nos drena de poder y fuerza según nuestra deidad y cuánta influencia tenga en el mundo mortal, comidas y bebidas que si un mortal comiera solo una vez no pasaría hambre en mucho tiempo, ¿Que sucederá de un dios como él cuando se de cuenta que ya no tendrá esos lujos? ¿Cuando se vea forzado a llevar una calidad de vida humana? Yo te diré que sucederá, se va a debilitar, puede que no tanto en poder pues aún es dios del valor, pero física y emocionalmente estará jodido. Eso es una victoria asegurada para mí.

This is War (Esto es la guerra) | Ares and Atenea fanfic Where stories live. Discover now