VII.

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Eros; dios del amor y la atracción.

Creta.

-¡Levántense!

Grito el hijo rubio de Zeus, nos un balde de agua como si de escupir a mi cara y a la de Anteros se tratará.

El se acercó mientras mis ojos se abrían y cerraban una y otra vez para ajustarse a la tenue luz que ingresaba por la puerta que al dios de las artes y la medicina se le olvidó cerrar. Al inicio fue algo costoso pero al final mis ojos se adaptaron. Intente alzar mi cuello para verlo y que este pensará que andaba de rebelde, pero el dolor en mis articulaciones sumado a la falta de sangre que tenía me hizo imposible llevar a cabo mi travesura.

-¿A qué has venido está vez Apolo? —Pregunto algo cansado de sus visitas tan seguidas al que manejaba con belleza la lira— ¿Acaso te parece justo desquitar tu frustración contra dos dioses indefensos? ¿O es que necesitas que te enamoremos una persona para que no te sientas tan solo al comer ensalada?

El ruido del puño amasando la carné y de la tos con sangre no se hicieron esperar tras el comentario de mi hermano. Apolo le dió un golpe de lleno en el estómago mientras lo miraba con desprecio y recelo, mirada que yo a él le dedicaba desde donde estaba colgado.

-No te he dado permiso para que hables. —Con su dedo índice izquierdo señaló de manera autoritaria al dios del amor correspondido— Aprende tu lugar, si no quieres que te mate.

Una pequeña risa salió de mis labios, risa que tuvo de cómplice a la de Anteros, risas que hicieron el rubio cambie su mirada de extraño a enfado mientras turnaba sus ojos en ver a uno y luego al otro, para después volver al otro.

-¿¡Por qué se están riendo!?

Exclamó enfadado, probablemente frustrado al no saber el porqué de nuestras carcajadas.

-Porque... —Dije tomando algo de aire, esforzando mis articulaciones a qué mi cabeza mirara desde lo alto al idiota de Apolo— No te hemos dado permiso para visitarnos, príncipe de... Ah no, que ni eres príncipe. Atenea es la primera en sucesión, ¿No? Esa que tú dices nos ha traicionado.

Note como ante mi comentario burlesco el presionó sus dientes superiores con los inferiores mientras apretaba sus dedos contra sus palmas para hacer puños.

Entonces el muy desgraciado se acercó y dándome un golpe mucho peor qué él que mi hermano recibió entonó palabras en furia.

-¡No te atrevas a burlarte de mi! O sino te cortaré la cabeza.

Le entregué dos respuestas, una más asquerosa que la otra.

La primera era la asquerosa pues resultaba en que me aguante toser la sangre que quería escapar de mi cuerpo por su puño para así poder escupir cuando esté dejo de entonar palabras. Aquella sangre de bastardo, bastado que por cierto el también era, le callo en la cara. Llevo uno de sus dedos al rostro incrédulo ante mi acción, con sus yemas tocó la calidad y asquerosa sangré que mezcle con saliva y viendo que está infectó su rostro de mi ser estuvo a punto de volver a amenazar cuando le di mi segunda respuesta.

-Dudo que me cortes la cabeza Apolo, lo hubieras hecho desde el primer día. —Mi voz sonaba tan agresiva como la suya, solo que sin la necesidad de exaltar y gritar— Así como hubieras intentado matar a Anteros por cada indirecta de tus parejas que se volvieron algún ingrediente para ensaladas. ¿O es que me estoy equivocando niño bonito? Porque dudo que con tu carácter caprichoso y horrendo que es más que suficiente para repugnar a cualquiera sin la necesidad de flechas de plomo nos hubieras asesinado.

This is War (Esto es la guerra) | Ares and Atenea fanfic Where stories live. Discover now