X.

240 31 64
                                    

Ares.

La fuerte brisa paso por mi cuerpo, la preocupación se apoderaba de mi, la desesperación se hizo presente ahí donde yo; cogiendo en brazos el cuerpo de ella, intentaba que reaccioné.

-Atenea, Atenea... ¡Atenea reacciona! —Suplique teniendo la en mis brazos, abrazándola fuerte mientras me negaba a la idea de que el golpe haya sido fatal— ¡Atenea joder di algo! ¡No te vayas!

Todos estaban en un shock imposible de describir, o eso es lo que sus rostros me hacían creer. Él como cada participante de la batalla se había petrificado y no por la música de Apolo, todos se quedaron congelados; por la sorpresa de la diosa de la guerra al ponerse en medio del rayo de Zeus. Todos los espectadores menos mis tíos, Hades y Poseidon.

-¡Ares! —Grito la diosa de la caza, Artemisa; quien se acercaba corriendo—

-¡Padre! —Fue el grito al paralelo de mis tres hijos aún en combate—

Hasta Asclepio y Apolo quedaron impactados por el desenlace de aquel ataque, no sabría decir si porque Atenea logro desplazarse cuando la música tuvo que haberla impedido de toda movilidad o porque fue ella quien recibió de lleno el fiero ataque.

Sentí como el brazo de mi hermana tocaba mi hombro, como se dejaba de caer de rodillas al suelo a mi lado. Su mirada estaba en mi y de la diosa que más amaba entre mis brazos, yo solo podía mirarla a ella herida, lastimada, con el miedo de pensar que aquel ataque la separé de mí...

Artemisa intento tocar a Atenea con su mano, por reflejo yo lo impedía. Recién ahí fue cuando la mire a ella, en su rostro note la preocupación y el miedo, mismos que yo tenía por respecto a la situación de nuestra querida Atenea.

Adelante de nosotros estaba quien muchas veces me tacho de demonio, el que realmente era un demonio.

Zeus.

-Ares, déjame tomarle el pulso por favor... —Me pidió Artemisa, quien en su voz dejo notar el dolor— Necesito, no, necesitamos saber si está aún viva y si podemos hacer que eso siga así. Pero por favor déjame saber cómo está.

Con miedo, miedo a qué ella pudiese desvanecerse cuando dejara mis brazos la entregué a Artemisa. Quisiera o no, tendría que confiar en los dotes de mi hermana.

Y tendría que confiar en mis habilidades ahora.

Me levanté del suelo cogiendo nuevamente el tridente de Poseídon con mi mano derecha, con la izquierda cogí el bidente que el amor de mi inmortal vida llevo hasta hace un momento y así me pare frente a Zeus. Él bastardo aún con lo que le pasó a su hija estaba cargando otro rayo.

Fue entonces que Artemisa me dió una noticia de esperanza.

-¡Aún respira hermano! —Grito, algo alegré, alegría que yo no podía compartir. Alegría que los dioses que ahora miraban espectantes probablemente también compartían— Podemos salvarla, pero aquí no... Necesitamos dé~

-De los médicos y la atención del Olimpo. Y eso solo se conseguirá de una forma.

Respondí cortando sus palabras, sabiendo que no había otro lugar donde pudiese ser atendida. Pero para conseguir entrar al Olimpo había algo que hacer aún...

This is War (Esto es la guerra) | Ares and Atenea fanfic Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin