X: Final.

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Ares; rey del Olimpo.

Estuve sentado, comiendo un poco de pan y vino; mirando al cielo que se vestía de naranja pues se encontraba entré el descenso del sol y el ascenso de la luna. Había sido difícil llegar hasta aquí sin llamar la atención de Helios, que era el único que no estuvo en el Olimpo para cuando llegué ahí. Ahora daba un poco igual.

-Coc, co, coc.

Mire hacía donde provenía el ruido, dónde estaba el gallo que una vez fue persona pero que convertí en animal.

Di un bocado a mi pan, saboreaba cada migaja de este para luego pasarlo por mi garganta y beber un poco de vino. Un vino que no era tan bueno, pero que era el último vino que bebería.

Me pare y camine hacia donde estaba el animal y cogiéndolo con mis manos le hablé.

-¿Estás listo para volver a ser un hombre Alectrion?

El gallo solo movió su cabeza de un lado a otro, mirándome curioso, yo me reí; claro que, cuándo paro mi risa, lo coloque nuevamente en el piso y me alejé lo suficiente para iniciar con la metamorfosis. Mis manos soltaron un leve color rojo, y el rojo de mis ojos se intensificó, el animal brillo y un destello se dió; destello que cuando se apagó dejo ver a quien era mi mayor confidente en los días que consideraba a Afrodita mi único "amor". El hombre que se levantó de ahí lo hizo algo desconcertado, desnudo, de suerte para él yo había traído unas ropas con las cuales me acerqué mientras él se sobaba la cabeza.

-Me alegra volver a verte siendo humano.

Le comenté, él solo me observó.

-Principe Ares. —Enuncio e intento arrodillarse, pero la falta de costumbre hizo que se cayera contra la tierra— Ouch... —Busco como ponerse de pie, levantándose cómo pudo. No quise ayudarlo, porque él deseaba o al menos creía yo, que quería hacerlo solo— Mi señor, de verdad le pido perdón por haberme dormido, por~

-Tranquilo, eso ya pasó hace mucho. No tienes porque disculparte, fue una actitud injustificada la mía para haberte vuelto gallo. —Le sonreí mientras le acercaba las telas, telas que él miro y dudo si en cogerlas o no— Hey, ponte de una vez la ropa. Te espera un largo viaje Alectrion.

Me miró consternado, queriendo hacer preguntas, preguntas que se ahogaron en su garganta para hacerme caso y ponerse las prendas. En cuanto estuvo vestido y también habiendo recuperado su habilidad de caminar como hombre, le pedí que se sentará lo cual hizo; yo saqué un poco de agua de una botella de cuero que llevaba y empecé a lavarle los pies que tenía de tierra el joven. Pude escuchar como unas palabras escaparon de sus labios.

-Principe Ares...

-Ya no soy más príncipe Alectrion. —Le comenté, al ritmo que saque la mugre de entre sus dedos— Ahora soy el rey del Olimpo.

-¿Cómo? —Pregunto con el tono de voz de los incrédulos— ¿Usted se ha vuelto el que gobierna sobre Los Doce?

Me límite a levantar mi cabeza, mirarlo a los ojos y reír un poco para después contestar su pregunta.

-Exactamente.

Empecé a secar sus pies, pies que cuando quedaron completamente secos les puse el calzado de los antiguos griegos, pues dudaba que Alectrion se sintiese cómodo con los nuevos de la humanidad.

Apenas se paró también hablo, preguntando y queriendo saber el cómo y por qué, yo le respondí todo, le puse al día a la par que seguimos caminando y subiendo el monte Otris, censurando mi destino para que no se opusiera. Él no podía creer todo lo sucedido, y menos que yo hubiese terminado amando a la diosa Atenea, era comprensible, para ese momento en que el fue humano antes de su conversión, el odio entre ella y yo estaba al tope.

This is War (Esto es la guerra) | Ares and Atenea fanfic Donde viven las historias. Descúbrelo ahora