This is War (Esto es la guerra) | Ares and Atenea fanfic

IX.

Hades; rey del Inframundo.

Horas antes de la pelea.
Inframundo.

-¿Está seguro de esta decisión rey Hades?

Me preguntó Thanatos, uno de mis más fieles hombres. La pregunta puede que haya salido de su boca, pero estaba seguro que tanto Hypnos como los jueces compartían la misma interrogante.

Yo miraba por la ventana con los brazos cruzados.

-Si, respondí. Ya hablé con él dios de la guerra Ares y le prometí nuestro apoyo.

-Pero mi señor.

Interrumpió Minos, yo más o menos me hice una idea del porque de su pero.

-¿Que sucede Minos? —Pregunte.—

-Aquel hombre ya no es más dios de la guerra, se le ha quitado todo título y no se le reconoce sus hazañas por palabras de su hermano. El rey de los dioses Ze~

-¿Y contra quién crees que vamos a pelear Minos? —Pregunte interrumpiendo sus palabras.— Contra Zeus y sus dioses, aunque eso sí. Antes de eso hay otras tareas por hacer con los datos que se nos fueron proporcionados por la Noche.

Deje de mirar aquella ventana, di media vuelta y caminando entre ellos fui hasta la puerta en dónde los gemelos hijos de Ares me esperaban.

-Thanatos irá a por los dioses Erotes, los jueces irán de frente al bosque del Olimpo, Zagreo... El irá a por Artemisa, la Noche me lo comunicó así; los gemelos y yo junto a Eris iremos donde se ubique Atenea minutos antes de que Ares llegué al Olimpo para algo en concreto. Hypnos, —Aparte su nombre del resto, pues a él le tenía encargado una tarea especial— Tu vas a velar por mis dos hijas, las llevarás lejos del Inframundo y de los elíseos, apartadas de todo y las vas a resguardar hasta que la batalla haya acabado a favor nuestro.

-¿Y si acaba a favor de Zeus?

No Hypnos, no esa batalla... Otra.

-Si acaba a favor de Zeus irás a por ayuda de otros dioses, las has de proteger con tu vida como mi hombre de mayor confianza. ¿Entendido?

Voltee a verlo, él miro a su hermano algo confundido y luego a mí. Entonces me respondió.

-Mi señor, creo que la tarea quedaría mejor para Thanatos. El es él esposó de su~

-¿De mi hija? Lo sé, por eso se que Thanatos peleará mejor en el Olimpo. No hay hombre que se prive de usar todas sus capacidades cuando lucha por el destino de un ser amado. Y el de Macaria dependerá de cómo salgamos hoy.

-Entiendo, mi señor.

Así, sin la necesidad de decir más. Todos salieron de la sala ante el gesto de mi mano, incluyendo a Deimos y Fobos quienes solo se sentían ansiosos de volver a pelear al lado de su progenitor.

Por mi parte, yo solo me puse a beber un whisky al ritmo que miraba el paisaje de lo que era mi reino.

Quería apreciarlo por última vez.

Entonces unas manos tocaron mis hombros, estás bajaron por mi pecho y se quedaron ahí mientras yo le hable.

-Mi amada Persefone, ¿No sé supone que deberías estar con tu madre?

Una pequeña risa escapó de ella, una que luego se hizo silencio para acercarse a su oído y susurrarme.

-Tengo que pasar seis meses sin salir de tu reino en el invierno amor mío, pero no tengo que pasar seis meses con mi madre sin poder venir a verte. Más con lo que va a suceder.

Un beso suyo reposo en mi mejilla.

-Dejame adivinar, ¿Fue la Noche o Eris quien te divulgó lo que pasaría?

-Fue tu yerno. —Otra risita salió de ella, yo casi reventaba mi vaso— Se preocupa mucho por ti y me pidió que venga a verte.

-Thanatos...

-No te enojes con el, que yo me enojo contigo por arriesgar el futuro de nuestras hijas.

-Futuro por el cuál peleó mi flor del Inframundo.

Me puse de pie, me di media vuelta al dejar mi vaso en la mesa. La mire a ella y sus ojos, cogí sus manos y deje reposar mi frente en la suya mientras tomaba aire que luego bote.

-¿Planeabas ir a pelear sin tu reina? —Pregunto en un tono algo más serio— Eso creo que me duele más que una infidelidad mi rey Hades.

Una leve sonrisa se esbozó en mi, una la cual le siguió un beso que planté en sus labios.

-No me digas que planeas venir a pelear Persefone. —Comente escéptico a creer que lo hiciera— Eres una reina, no deberías involucrar tu bienestar, mejor ve con Hypnos y las niñas ahora que puedes y sabes la verdad.

Ella soltó una de mis manos, me dió un ligero golpe con sus nudillos mientras mantenía la sonrisa en su rostro.

-Soy la portadora de la muerte, la reina del Inframundo, no una reina olímpica o marítima. Obviamente voy a pelear, quieras o no.

-Me gustaría hacerte un drama por esto, jaja. —Confese— Pero es obvio que no podré hacerte cambiar de opinión.

-Callate y besame.

Haciendo caso a lo que me decía, silencie mis palabras, aproxime mis labios a los suyos a la par que mis brazos rodeaban su espalda para abrazarla y le di un cálido besó como los primeros, como los promedios o como los últimos.

Si algo caracterizo a mi matrimonio fue la misma pasión que había por los dos entre los besos(obvio que sin contar los momentos ingratos qué pasamos ambos).

Cuando el aire nos faltó y nos tuvimos que separar, frote mi nariz con la suya. Sonreímos y nos apartamos, ella dijo que iría a ponerse algo más acordé para una pelea y salió. Otra vez volvía estar ahí solo, pero ahora algo contento por la compañía de mi reina.

Bebí un poco el whisky y me acerque a la ventana, ventana la cual daba a la dirección de las puertas del Tártaro. Lugar donde mi padre estaba, dónde lo llevamos cuando conquistamos el mundo en la titanomaquia; dónde la edad de oro de los Titanes acabo para darle paso a la edad de los dioses.

Ares, Atenea... Hijos que van contra los padres, ¿Pareciera que el ciclo se repite? Pero hay algo distinto. En su caso no es la sed de gobernar como Cronos, el hacerse pareja para un beneficio político como el de Zeus y Metis, solo se están defendiendo. O mejor dicho, que se defenderán pues aún hay que hablar con mi sobrina y contarle lo que se ha de contar.

Pero, tengo el miedo. Miedo de que su relación no sea lo suficiente fuerte para activar en ustedes los dones que le comenté a los gemelos hijos de la guerra. Pero a la par también miedo, porque sean tan fuertes y superen la supremacia de Zeus... Dando paso a lo que debe pasar.

El escape de Cronos y los Titanes.