This is War (Esto es la guerra) | Ares and Atenea fanfic

X.

Ares.

-Vamos hijo de Zeus, espero una respuesta.

Hablo mientras movió su dedo, tras eso yo caí inmediatamente contra el piso. Con sus poderes me había tenido azotado contra el techo.

-Dime hijo de Zeus, ¿Que tanto amas a aquella diosa?

Otro movimiento de su dedo, está vez fui a parar contra una de las paredes.

-¿La amas lo suficiente como para hacer a un lado tu promesa con mi hija?

Un movimiento más, está vez fui contra uno de los muebles. Era una librería que al chocar los pocos libros que habían cayeron.

-¿O será que solo lo hiciste por presión de tus hijos y vives actuando?

Su dedo no se movió, sino que lo hizo su mano, dió un giro en sentido horario y yo quedé en medio de la sala en el aire flotando.

-No, si fuese por eso entonces no hubieras rechazado a esa chica. Pero bueno hijo de Zeus. Hace tiempo no torturaba a un dios. Debo disfrutar un poco más antes de dejarte hablar.

Lo que era su mano abierta se volvió un poco que mientras más apretaba hacía que sienta como mi cuerpo se contraía. Mis brazos y piernas se doblaban por la presión, mi cuello también que parecía que estaban a punto de rompermelo, que mis costillas iban a aplastar mis pulmones o atravesarlos, y lo peor es que no podía gritar con sus poderes se aseguró de "cocer" mi boca.

Estuve así unos diez minutos hasta que finalmente abrió su mano y yo caí al piso, estaba ahí tirado congelado por el shock del dolor mientras escuché como se acercaba hasta mi. Cogiendo mis cabellos alzó mi cabeza y me hizo mirarlo. En su rostro no veía gestos, parecía el rostro de una máscara, lo único que había eran aquellos ojos dorados que simbolizaban el peligro...

-Y bien hijo de Zeus. ¿Que me vas a decir?

El dolor no me permitía hablar con naturalidad, como si fuese un ejercicio me costaba tomar aire para decir palabras. Hablé tartamudeando demasiado.

-E~ ese... Id~ diota, n~ no, no e~ s mi padre... —Cada palabra costaba, pero tenía que aclarar eso— Yo... So~ soy Ares.

Mi rostro se estampó contra el suelo, sentí como sangre escapaba de mi frente por la fuerza del impacto. Para cuando pude reaccionar otra vez alzó mi cabeza y me miró.

-Esa no fue mi pregunta, pero admiro tu valor para hacerte valer por tu nombre. Entonces Ares, si así deseas que te llame. ¿Que tanto amas a esa diosa?

La miraba como podía, casi en todo momento la vi borrosa por el daño que recibí de su parte, tenía que hacer un esfuerzo también ahí para poder observarla bien por segundos. Intentando respirar si es que mi sistema respiratorio aún no estaba jodido del todo respondí lo más rápido que pude con una sola palabra.

-Demasiado.

-Asi qué demasiado. —Se comenzó a parar, se había puesto de cuclillas para coger mi cabeza. Cuando se paró me tenía colgado pues no era dueño de mis movimientos— La amas demasiado, tanto como para olvidarte de mi hija. Para endeudarte comprando ropa "fina" según los humanos y demás cosas relacionadas a ese sentimiento. ¿No?