VI.

264 31 107
                                    

Hera; diosa del matrimonio.

Martes.

Veía desde mi balcón como a lo lejos, bajando las escaleras más largas del mundo se encontraba yendo mi hijo Hefesto acompañado de mi yerno, el esposo de Hebe; Heracles.

Decidieron partir hoy pues el bastardo de mi esposo dijo que pudo oír como Apolo, Helios, Poseídon, Hermes discutían. No pudo oír bien que hablaban pero no parecía algo que había que tomar a la ligera, menos cuando Atenea llevaba tiempo con su "caza".

Partieron sin más, deje de verlos cuando bajaron las escaleras, yo regrese a mi cuarto dejando sin mi presencia a la alcoba. Estuve ahí echada mientras pensaba en todo lo que pasaba, en si había algo que yo pudiera hacer para evitar la caza de mi hijo. Lo único que se me ocurría era conspirar contra Zeus.

Lastima que eso era imposible y más cuando Heracles me lo aclaro.

-"No deseo que mi esposa este triste, por ende tampoco deseo su tristeza reina. Así que ayudaré con esto para que se recuerde el sueño dónde está su hijo." —Hablaba comprometido con el asunto, pero no fue todo lo que dijo— "Pero quiero dejar en claro algo, así como no me gustaría que su hijo termine asesinado tampoco permitiré que se atente contra mi padre. ¿Quedó claro?"

Tenía que buscar otra manera, alguna otra. ¿Pero cuál?

Toc, toc.

La puerta sonó, alguien quería verme. Supuse que era Hebe quien tras despedir a su esposo probablemente quería conversar conmigo. Así que me acerque a la puerta y la abrí.

-Hola abuela.

-¿Harmonía? —Pregunte sin creerme que la hija de Ares estaba frente a mí, no. Hija de mi hijo, mi nieta— ¿Que haces aqu~. No, ya sé, vienes por tu madre. Dile a Afrodita que no planeo hacerle ningún favor.

En cuanto le di mi mensaje tire la puerta, está estuvo a punto de cerrarse cuando mi nieta de los cabellos rosados la frente con su mano y sin pedirme permiso o preguntar entro sin más.

-No vengo por mamá abuela, vengo por mi. Porque quiero hablar.

-Tu y yo no tenemos nada que hablar, Afrodita y sus hijos han demostrado indiferencia ante lo sucedido con su padre. ¡Mi hijo! ¿Y esperas que desee hablar contigo? —Mi tono de voz era indignante, no se quién se creía ella para decidir cuando hablar con la reina de los dioses— Los únicos con quiénes hablaría serían con los gemelos, ellos han sido los únicos que me demostraron que aprecian a su padre. Que no podían vivir en un lugar donde lo insultan.

Ella escucho todas las palabras que dije, no hubo una que ella no le dió atención, pero demoro en responder. Cerró la puerta y le puso pestillo, tras eso camino hasta la cabecera de mi cama y se sentó, mirándome con la misma mirada que su madre me invitó a tomar asiento a su lado. Cómo respuesta yo solo cruce mis brazos.

-Ya veo, entonces solo estarás ahí. —Se dejo caer en el colchón mientras se estiraba— Por Gaia abuela, que cansado es subir las escaleras hasta aquí.

-No tenías porque, yo no te invite. —Respondi tajante— Ahora dime qué quieres "hablar" antes de que llame a los guardias.

This is War (Esto es la guerra) | Ares and Atenea fanfic Where stories live. Discover now