V.

213 22 24
                                    

Hades; rey del Inframundo.

-¡De pie!

Exclamé mientras uno de los gemelos volvía a colocarse de pie. Este se estaba levantando al ritmo que tambaleó, cuando ya casi despegaba las dos rodillas del suelo fue que lo cogí por sus ropas y conecte un cabezazo contra su frente. El se fue hacia atrás, si no se llegó a caer se debió por la intervención de Fobos, el otro gemelo.

-¿¡No habían pedido qué fuera más recio!? ¿¡O es que al final resultaron más blandos que sus hermanos alados!? —No les di tiempo a responder, corrí contra ellos y con una patada los hice retroceder veinte metros— ¡Peleen! ¡A partir de ahora solo importan ustedes!

Corriendo y levantando el polvo me dirigí hasta ellos, saltando intente dar una patada giratoria. Para suerte de ellos llegaron a agacharse y esquivarla, intentaron golpearme en pleno aire pero por mis reflejos pude bloquearlos y tomar distancia al volver a tocar suelo.

-

¡Somos los hijos de la guerra! —Entono Fobos—

-¡Un fósil no nos va a humillar tan fácil! —Añadio el otro—

Haciendo un ataque en conjunto tomaron la nueva iniciativa, sus puños fueron frenados por mis manos pero la fuerza que aplicaban me hacían retroceder por más que anclará mis pies al suelo. Redirigiendo con esfuerzo la dirección de sus puños y soltando estos los dos se fueron de largo, me di media vuelta. La sopresa que me lleve al ver que estaban volviendo a atacar fue de buen agrado, demostraba algún avance ante todo.

Deimos vino de frente, atacaba como un salvaje mientras yo solo esquivaba los golpes dando pasos atrás. Estos se volvían demasiados predecibles, podía leer su siguiente movida por solo prestar atención en su mirada. El problema surgió en que no encontraba al otro gemelo, a Fobos.

Justo cuando volví a dar un paso atrás una mano salió de las entrañas de la tierra del Inframundo y dándome sopresa cogió mi tobillo izquierdo, de pronto otra mano hizo lo mismo con el tobillo restante y entonces fui jalado contra mi voluntad a la tierra. Quedando mis rodillas hundidas por completo y sin darme opción de moverme.

-¡Ahora! —Dijo en forma de grito el pelirrojo—

Un golpe fue lo que recibí, me cayó de lleno en el rostro. Esto hizo que por inercia me fuera de largo desenterrando mis piernas del piso.

El ruido de esta dejando salir a Fobos cedió al de los muchachos felicitando el uno al otro por la jugada, yo por mi parte me iba levantando del piso al ritmo que la yema de mi dedo índice tocó mi rostro para apropiarse de una gota de sangré. Una pequeña sonrisa de orgullo se hizo presente en mí.

-¿Que tal le pareció eso tío? —Me preguntó queriendo oír algo positivo el que se llamaba Fobos—

-A que no espero que fuera yo la distracción para que Fobos haga eso. —Concluyo Deimos—

-Muchachos. —Hable mientras me quitaba las gotas de sangre del rostro— Esto aún no ha acabado, recuerden que hablan con uno de los que derrocó a Cronos.

Tomando un poco de aire y cerrando los ojos espere a que el viento soplará por nuestros lares, en cuanto esto sucedió y este movió un poco de polvo del piso como para obstruir la visión me empecé a mover.

Corrí lo más rápido que mi edad me permitió, fue de la derecha hacia la izquierda y un golpe le dió a Deimos en el rostro, luego de izquierda a derecha, ahora quien lo pago fue Fobos. Así estuve, de un extremo al otro, desde el norte al sur, del oeste al este y viceversa. Los golpes no dejaban de caerles, ellos luchaban por evitar caer, con sus ojos me buscaban pero cuando me encontraban ya me había vuelto a alejar.

-¿Cómo~ —Un golpe evito que pudiera formular la pregunta entera— ¡Mierd~ —Otro hizo que no suelte el insultó— ¡Ah!

Para cuándo su cuerpo dejo de aguantar, cuando sus músculos no podían mantenerlos más de pie junto a los huesos y la gravedad hizo lo suyo con los muchachos pues sus cuerpos se estrellaron contra el suelo, fue ahí que me frene y los mire a los dos ahí tirados. Los golpes no fueron letales, pero unos cuantos moretones les quedarían tras eso. Intentaban levantarse como podían pero caían otra vez al suelo. Al final fui yo quien dandoles mi mano ayude a qué se vuelvan a alzar.

-Han hecho un buen trabajo. —Les comenté— Me siento bien por su progreso.

-¿"Bien"? —Pregunto con algo de enfado Fobos, la frustración también adorno aquella pregunta— ¡Si lo único que hicimos como progreso es aguantar más golpes!

-Con el debido respeto tío, —Deimos escupio una muela antes de seguir hablando— pero si esto para usted es progreso no quiero saber lo que será cuando me "gradué".

Sus comentarios eran comprensibles, muchas veces ellos buscaban poder estar del tu a tú contra mi. Y siempre que ocurría los atacaba como en mis mejores épocas lo hacía y ellos caían, siempre caían si, pero a mí no me importaba que cayesen bien o mal, o lo que sea.

A mí me importaba que aprendieran a no caer sin antes haberlo dado todo.

Y eso lo habían hecho hoy.

Estuve a punto de comentarles con respecto a lo que para mí era progreso cuando el mensajero de los dioses apareció.

-Rey del Inframundo. —Dijo hincando una rodilla en el suelo— Traigo un mensaje por parte del rey de los dioses.

Cruce miradas con los gemelos, estos miraron de la peor manera a Hermes, yo tuve que hacerles un gesto de que no hagan nada estúpido y me entendieron. Se quedaron quietos manteniendo una distancia considerable y yo me acerque a Hermes. Le hice un gesto para que él deje de arrodillarse.

-¿Que es lo que quiere el estúpido de mi hermano Hermes? —Pregunte a la par que empecé a jugar con un mechón de mi cabello— ¿Acaso va a pedirme que regrese al mundo de los vivos a alguna amante suya?

-Tio, digo rey Hades... Su llamado al Olimpo se debe a un tema que se tiene que tomar con seriedad. El Olimpo pide que el ejército del Inframundo marche junto al del mar hacia las faldas del monte.

Su voz se oía con algo de preocupación, su mirada no buscaba cruzarse con la mía. Note como uno de sus pies zapateaba el piso delatando su ansiedad.

Con mi dedo índice golpeé su frente, el me miró por reacción y entonces le pregunté.

-¿Que tema puede ser tan serio como para que Zeus me quiera en el Olimpo? No, corrijo. Que quiera mi ejército para que le sirva, ¿No sé supone que ahora con lo avanzado que están las civilizaciones es casi imposible hacer un traslado de tal magnitud?

-Lo sé señor Hade~ digo rey Hades. Pero es que...

-¿Que que?

-Ares marcha rumbo al Monte, ese bastardo...

-¡Cuida tus palabras que hablas de nuestro padre! —En menos de lo que pensé ellos actuaron, lo cogieron de su cuello con rabia—

-¡Podrás acostarte con nuestra madre! ¡Pero no tendremos clemencia en hacerte acompañar el destino de Adonis si vuelves a insultarlo!

-Deimos, Fobos. Suelten a Hermes.

Aquellos chicos me hicieron caso a regañadientes, soltaron al dios mensajero y caminaron hasta estar atrás de mí.

-¿Por qué el estaría yendo a dónde solo encontrará muerte Hermes?

-No lo sé, solo fuí mandado con esa señal tío. —Confeso el— Y con otra notícia, que es para los hijos de... De Ares.

Gire un poco mi rostro, mire a cada uno, ellos estaban igual de extrañados que yo. Para cuando volví a mirar a Hermes espere a que esté hablara. Con mi cara le había hecho un gesto para que tenga el permiso.

El problema fue que no me esperaba que el mensaje que iba a dar fueran unas condolencias junto a un pésame.

This is War (Esto es la guerra) | Ares and Atenea fanfic Where stories live. Discover now