Capítulo 1

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Años después

Moscú, Rusia

Salgo del avión privado, donde el viento helado me recibe en el rostro es un día caluroso comparado con otras fechas, cierro bien mi abrigo para que el frio no llegue hasta mis huesos y me coloco los lentes de sol, me dirijo hacía las camionetas donde me espera Remy, mi guardaespaldas personal, le doy un asentimiento mientras me subo a mi auto arranco y ellos me siguen detrás.

Conduzco por las calles de Moscú, sabiéndome de memoria el camino hasta la casa del viejo mientras me pregunto mentalmente quiere de mi ahora, para haberme obligado a traer mi trasero desde Italia hasta la fría Rusia.

Una media hora después, la ciudad ha quedado atrás y solo se ven árboles en la carretera, como todo mafioso de la vieja escuela que es, su casa, más bien su mansión, está a las afueras de Moscú, oculta del ojo enemigo y público. Casi otra media hora de camino, llego finalmente al lugar, me estaciono. Hago una mueca al ver un auto muy familiar que reconocería en cualquier lado.

Tiene que ser un chiste

A sabiendas a quien me voy a encontrar adentro, me bajo del auto les digo a Remy y a los demás que me esperen aquí, toco el timbre de la puerta aguardo unos segundos; hasta que la puerta se abre mostrándome un rostro familiar que me dedica una sonrisa amable.

-Valentina, es bueno verte-

-Igualmente, Agatha- le doy una ligera sonrisa.

-Pasa, te está esperando en el jardín- entro al vestíbulo donde toma mi abrigo- ya te sabes el camino, ¿quieres algo de beber? ¿Café?-

-Un té, estaría bien-

Ella asiente y se va a la cocina, mientras que yo me dirijo hacia el jardín con el sonido de mis tacones resonando por el lugar, llego a las puertas francesas que dan al jardín y veo una silueta familiar mirando hacia el bosque tomo una respiración profunda antes de entrar.

-Sabes que por más mires el bosque, no te harás menos viejo-

-¿A quién llamas viejo, mocosa?-

-A ti, cabron- le respondo con una sonrisa mientras lo abrazo- ¿Cómo has estado?-

-Estaría mejor si estuviera entre tus piernas- dice insinuante- la pasaríamos muy bien- mueve las cejas de forma pícara.

-¿No quieres una almohada? Para que sigas soñando con cosas que no pasaran, viejo-

Dimitri Novikov –mi ex suegro- y el actual Zar de la mafia rusa, suelta una carcajada ante mi sarcasmo, ciertamente a pesar de que ya no tenemos un parentesco el hombre se ha dedicado también a cuidarme y apoyarme cuando lo necesito estos últimos años, es como un padre para mí.

Aunque la mayoría de las veces, quiera asesinarlo por sus estupideces.

Tomo asiento en la silla de la mesa que hay en el jardín, me recuesto cruzando las piernas y no pierdo el detalle de como sus ojos van hacia ellas, no es ningún secreto para nadie que el hombre me desea pero nunca hemos ido más allá de bromas y él lo entiende.

-Tiene que haber una buena razón para hayas sacado mi trasero de Italia para traerlo hasta acá-

-¿Qué no puedo pasar tiempo de caridad, con una de mis queridas ex nueras?-

-Fácilmente podrías haber ido a Italia- respondo- aparte, soy la única ex nuera que tienes-

-Para mi desgracia- me río, cuando lo veo negar con la cabeza- eres insoportable, mocosa-

-Pero aún así me adoras, ex suegrito- le lanzo un beso mientras le guiño un ojo- vi el auto de tu hijo afuera, por lo que me imagino que es importante que nos quieras a los dos en la misma sala-

El amor del ZarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora