Capítulo 57

15.8K 884 262
                                    

Valentina.

Suspiro por lo bajo acomodando mi cabeza en una mejor posición para dormir, gruño tenuemente cuando siento un par de labios moverse por la parte de mi nuca hasta descender por toda mi columna, jadeo suavemente cuando una mano amasa una de mis nalgas antes de que se estrellarse contra mi piel.

Me sobresalto ligeramente ante la sensación de escozor antes de gruñir con más fuerza, resoplo por lo bajo cuando una risa suavemente choca contra la piel de mi columna vertebral antes de que la misma mano, acaricie en la zona donde ha sido la nalgada.

—Tienes que dejar de hacer eso, idiota— gruño— está dejando de ser divertido—

—No te quejabas anoche, nena— responde el cabrón, podría jurar que está sonriendo— o hace un rato en el helipuerto—

—Jódete, Xander— siseo, me azota de nuevo el trasero. Chillo— ¡Deja de hacer eso!—

—No— responde seguro, me da otra nalgada— te recuerdo, que me debes algo por tu pequeña mentira—

Mierda.

Olvidaba que este cabrón, va a cobrarse la mentira con mi amado culo.

Ahora, sí.

Que Lucifer, me agarre confesada.

—¿Se puede negociar?— inquiero con tono inocente mientras abro un ojo, a pesar de que no lo veo siento su peso en la parte baja de mi espalda, su boca se sigue deslizando por toda mi espalda desnuda— tengo sueño—

—Sé que tienes sueño—

—Entonces, déjame dormir—

—Lo haría, pero no quiero— refuta, bufo— no estoy satisfecho de follarte, amore—

Ruedo los ojos.

—Tu nunca te satisfaces con mi cuerpo, Xan—

—Es por que es tan perfecto, que jamás tendré suficiente— ronroneo suavemente cuando muerdo algo de mi piel, suspiro con placer— aparte, tengo muchos años por recuperar—

—Maldito loco—

—No veo que te quejes, cada vez que mi verga se encuentra con tu coño duramente— gruño por lo bajo, sus manos quitan la sabana que cubre el resto de mi cuerpo— ni siquiera, cuando...—

Suelto un gemido que muere contra la almohada en el momento en que una de sus mano se pierde en el medio de mis piernas, dos de sus dedos se pierden entre los pliegues de mi coño e inmediatamente mi cuerpo se tensa de manera deliciosa mientras un escalofrío me recorre de arriba abajo.

Su risa ronca hace eco en la jaula— nos vimos para acá luego del sexo en el helipuerto —mientras que sus dedos, no dejan de jugar con los pliegues de mi coño que chorrean con más humedad que hace rato y su pulgar hace pequeños círculos en mi clítoris que me hace gemir con más fuerza contra la almohada. Mis manos se aferran a la otra que tengo a mi lado y mis caderas por inercia se levantan, siguiendo sus movimientos en busca de su toque.

Siento como mis pezones se endurecen de nuevo contra la sábana de seda negra y mi espalda se arquea un poco, la mano libre de Xander serpentea por toda mi espalda hasta hacer una pequeña presión en la parte baja y siento como las paredes de mi coño se cierran alrededor de sus dedos, un gemido más profundo y ronco abandona mi boca ante la increíble sensación.

Lucifer, eso se sintió muy bien.

El cuerpo del ruso se inclina sobre el mío y tengo que contener la respiración, al sentir su presencia impotente detrás de mí, su boca se pierde un momento en mi cuello donde lo siento morder mi pulso. El placer sube más a mi cabeza, suspiro cerrando mis ojos para disfrutar de la sensación de su lengua haciendo una marca, sonrío ligeramente antes su risa ronca de nuevo.

El amor del ZarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora