Capítulo 67

7.9K 761 366
                                    

Valentina.

Embarazada.

La palabra no deja de repetirse en mi mente con fuerza que me arranca un momento la respiración, la mirada emocionada y preocupada de Remy, era todo lo que necesitaba para saber que lo que me había dicho el médico era verdad.

Abro y cierro la boca en busca de las palabras, sin creer todavía la noticia que le acaba de dar, niego suavemente lo que mi padre asiente.

—Estás embarazada, hija—

—Pero...— murmuro aún en sorpresa— ¿Cómo? Es que no entiendo...— frunzo el ceño— es imposible, simplemente no...—

—Tiene doce semanas de embarazo, señora Novikov—

Eso me sorprende más, porque conozco el peso de esas palabras del médico y me es inevitable que mis ojos no se llenen de lágrimas al saber en qué momento Xander y yo hemos procreado a nuestro hijo.

—¿Son doce semanas exactas?— inquiero, asiento. La primera lágrima se desliza por lo mejilla— no puede creerlo...—

—¿Mi niña?—

—El día en que murió...— sollozo débilmente, limpio mis mejillas mojadas— ese día procreamos a nuestro hijo. Desde hace tiempo que teníamos relaciones sin condón, cada mañana lo hacíamos y ese día no fue la excepción...—

—Cariño...—

—Y quiero alegar que tengo un método seguro, pero...— trago saliva— una semana antes de ese día, sufrí un accidente en una de las construcciones que me hizo una herida en la pierna...— levanto un poco la sábana, observando la pequeña cicatriz— requerí un par de puntadas, me dieron antibióticos y...—

—Fue cuando el método falló, señora Novikov— me quedo en silencio, recordando cada parte de esa mañana— debió estar ovulando para esos días que...—

—Mi esposo murió el mismo día en que creó a nuestro hijo...— digo con dolor ahogado, un nuevo sollozo corta mi garganta— él murió...para darle la oportunidad a nuestro hijo de venir...— los brazos de Remy, me rodean en un fuerte abrazo— él... murió sin saberlo, sin saber que en ese momento habíamos creado nueva vida para darle amor—

No iba a conocerlo.

Xander, no iba a poder conocer a nuestro hijo.

Nuestro.

No mío.

Solo nuestro.

Puede ser que no lo estaba esperando en este momento. Claramente, era un horrible momento para estar embarazada, pero no me importaba, porque solamente tenía una afirmación en mi mente que consolaba parte mi alma y corazón roto desde la muerte de mi esposo.

Me dejó una parte de él, un pequeño regalo al cuál le daría un amor inmenso como si él estuviera aquí con nosotros, para ser feliz en una gran familia como siempre deseamos serlo desde que nos casamos la primera vez, hace ocho años.

Instintivamente, una de mis manos van hacia mi vientre donde el peso de la vida que llevo dentro de mí.

Una vida que ahora, solamente dependía de mí.

Una vida que fue creada por el inmenso amor entre dos personas, que se habían vuelto a amar con más intensidad que hace ocho años.

—Xander, no va a conocerlo...— respondo con voz ahogada, los ojos de Remy me miran con tristeza y emoción. Trago en seco— mi esposo, no va a conocer a su hijo... él no está aquí, para hacerle saber que será padre por segunda vez...—

El amor del ZarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora