Capítulo 25

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Valentina

Caigo con agilidad silenciosa en el balcón que se encuentra debajo de la habitación de Darío, me río con maldad al oír su grito de furia que resuena en su habitación. Me pego con rapidez a la pared cuando veo la sombra de su cabeza asomarse por el balcón, no dejó de sonreír al oír sus palabras mezcladas con gruñidos de perro rabioso.

—Vas a pagarlas, Valentina. Lo juro por la tumba de mi padre—

Aprieto mis labios para no soltar otra carcajada ante su patética amenaza, niego con diversión antes de entrar finalmente a la habitación, cierro la ventana del balcón y suelto la carcajada que había estado conteniendo hasta el punto en que me salen lágrimas de los ojos.

—Dio mio, entre más viejo se hace más patético te haces, Darío Greco— suspiro con diversión— será tan placentero jugar y destruirte al mismo. Seré tu peor perdición—

—¿Nuevamente hablando sola bruja? Comenzaré a creer que realmente estás loca y te internaré en un psiquiátrico—

Ruedo los ojos ante las palabras de Xander, quien se encuentra sentado en el escritorio tecleando un par de cosas en su ordenador.

—¿Las tienes?— asiente— déjame ver—

—Busca una silla—

—Da flojera— digo— a ver, muévete—

Lo aparto lo suficiente del escritorio y me dejo caer encima de sus piernas, se sobresalta pero simplemente se ríe, aunque no lo vea puedo sentir la sonrisa arrogante que sale de sus labios.

—Bueno...— ladea su cabeza hasta colocarse a un costado de mi cuello, su aliento cálido me provoca escalofríos— podría acostumbrarme a esto, solnischko—

—Y yo podría acostumbrarme a golpearte las bolas, cucciolo— respondo con cierta ironía— ¿Prefieres eso?—

—Prefiero que las mimes como sabes hacerlo y de paso, que lo hagas con mi verga— dice en mi oído— demonios, aún recuerdo...—

Encajo mi codo en su estómago para sacarle el aire y que finalmente, se calle de una vez por todas. Sonrío al escuchar su gruñido a mi espalda, lo ignoro para concentrarme en las imágenes de la cámaras que puse en las habitaciones de Darío y Carina momentos antes de que llegaran.

Primero observo las de las de Carina y sonrío con satisfacción al ver como camina de un lado a otro mientras me espeta y maldice en todos los idiomas que conoce, toma una botella de licor para darle un trago, posteriormente la lanza contra la pared más cercana.

¡Hija de perra!

Silbo mientras arqueo mis cejas con falsa sorpresa y diversión ante sus amenazas hacia mi persona, río por lo bajo, Xander me sigue con mi risa por que siento como vibra su pecho a mi espalda.

—¿Crees que se hayan enojado mucho con nosotros Xander?— pregunto con falsa inocencia— no es como si fuera el fin del mundo—

—No para nada, bruja— responde irónico— simplemente, les quitaste a Calabria de sus manos, destruiste los túneles que tenían la garantía del negocio y...— tira de mi cabello para lo mire, sonríe— sin contar, que les quitamos la Garza Negra—

Se encoge de hombros, me río al ver como me sigue el juego de manera tan despreocupada. Se recuesta en la silla colocando sus brazos detrás de su cabeza.

—En fin, no veo por qué deberían enojarse. Ganamos limpiamente—

Niego divertida mientras me recuesto en su pecho también, cruzo mis brazos encima de mi pecho mirando hacia el techo, suspiro con diversión. Definitivamente, fue un buen día.

El amor del ZarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora