Capítulo 34

9.1K 752 315
                                    

Xander

Días atrás.

Tecleo rápidamente sobre el ordenador mientras silbo una canción por lo bajo, sin duda, estos últimos días han sido muy productivos en Bulgaria, mi relación a Evgeni Asenov mejora cada día y estoy seguro que es el momento para presentarle una buena propuesta para tener negocios y un buen aliado de mi lado.

Se hace lo necesario para acabar con los Greco.

Debo decir que mi estadía aquí no ha sido tan tediosa como lo creí al principio, al contrario, ha sido gratificante y Bulgaria tiene muchos lugares interesantes por conocer, sin contar que hablo con la bruja casi todos los días donde me da un reporte detallado del estado mental de Salvatore Greco.

Vamos progresando, afortunadamente.

Reviso el último reporte que me ha mandado anoche que no había visto hasta ahora, leo cuidadosamente cada palabra y algunos minutos después de haber terminado, hago una video llamada con ella. Su rostro no tarda en aparecer en la pantalla, sonríe ligeramente.

Cucciolo

—Solnischko—

Supongo que tu llamada se debe a que has leído el último informe de Salvatore

—Lo he hecho— respondo, me recuesto en la silla— ha tenido mucha mejoría—

Ya lo creo— revisa un par de papeles— es más comunicativo y ya no refuta mis órdenes

—¿Qué le hiciste?—

Un pequeño silencio cae en la línea y veo como Valentina, se queda con la mirada perdida un momento como si estuviera recordando algo que no esperaba hacer, muerde su labio inferior.

—¿Solnischko?—

Ah, lo siento— carraspea— simplemente, hemos hablado un poco

—De acuerdo...— digo sin que me parezca extraño— ¿Se llevan bien?—

Yo...— frunce el ceño— creo que sí, somos parecidos. Así que...

—¿Parecidos?— arqueo una ceja— ¿Estás segura?—

No lo sé— se encoge de hombros, sin entrar en detalles— simplemente, hay cosas en las que nos parecemos

—¿Cómo que?—

Cosas, Xander— corta secamente— no puedo revelarlo cuando ha confiado en mí, para decirlo

Analizo su respuesta un segundo con cierta intriga, Valentina no suele ser tan cortante a mis preguntas a menos que toque una sola fibra sensible dolorosa, una que conozco muy bien.

—¿Tiene que ver con tu familia, Valentina?—

Con un carajo...— maldice, sonrío— bene, sí tiene que ver con eso. ¿Contento?

—Ni un poco— coloco mis codos en el escritorio— ¿Que te dijo el sujeto?—

Que al igual que yo, vió morir a su padre frente a sus ojos— asiento— no pude evitar recordar el día en que mis padres murieron frente a los míos

—Solnischko...—

Y luego recordé que se viene su aniversario de luto...— traga saliva— simplemente...— se ríe secamente— van a ser dieciséis años, Xander. Dieciséis años desde que perdí a mis padre y aprendí a valerme por mi misma por que a mi tío, le importaba una mierda lo que pasara conmigo...— se quita los lentes de leer, para limpiar la solitaria lágrima de su mejilla— Remy, fue el único que se quedó a criarme, de no ser por él...

El amor del ZarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora