Capítulo 18

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Valentina

Sigo a Xander por los pasillos de la casa en dirección hacia su sótano de torturas personales para sus enemigos, había conducido a toda velocidad de regreso para evitar que Atlas cometiera una locura.

Aunque ya era demasiado tarde.

Los gemelos Novikov, ya habían hecho de las suyas y ahora, tenían a Gusev bajo sus manos.

—Esos idiotas...— murmura mi ex esposo— ¿Que parte no entienden que este plan necesita paciencia y tiempo?—

—Bueno, no puedes culparlos— entrecierra sus ojos en mi dirección— acaban de descubrir que su padre está muerto y que para variar, uno de los nuestros ha tenido la osadía de traicionarnos—

—Lo dice la que torturó a un asesino, mató a un miembro de la Cosa Nostra, apuñaló a su ex novio que casualmente es el capo de la misma...— golpeo su brazo— ah, y no lo olvidemos— me mira— explotaste los muros de la mansión Greco—

—¿Ves?— digo— fueron cosas sin importancia— me encojo de hombros— y solo fue una mínima parte—

—Lo entiendo, ya ni yo llegué tan lejos— bufa— me preocupa que Atlas, lo mate antes de que logremos sacarle información a Gusev—

—Tu hermano no va a matarlo, conoces a Atlas no mata a nadie sin darle una pequeña lección—

—Es un Novikov—

—Lo sé, el sadismo y masoquismo está en su sangre— ruedo los ojos.

—Y también la tuya— arquea una ceja antes de sonreír de manera burlona— ¿Acaso lo olvidaste solnischko? De todas las veces en las que...—

Lo fulmino con la mirada y antes de que Xander pueda terminar su frase, mi mano se cierra alrededor de su polla para darle un duro pero doloroso apretón. La expresión de mi ex marido, se torna pétrea antes de sonreír, inclino mi rostro hasta que queden a centímetros del suyo.

—Atrévete a terminar esa frase...— aprieto más su polla— y despídete de tu maldito pene—

—¿Por qué tan exaltada, solnischko?— la estúpida sonrisa de su rostro no se borra, se inclina hacia mí— no dije nada más que la verdad—

Gruño antes de que con mi mano libre empuje su hombro hasta aprisionarlo contra la pared en una esquina oscura, acerca más mi rostro hasta que nuestros alientos se mezclan ligeramente.

Afirmo el agarre de su polla de manera más dolorosa, sonrío al ver como el rostro de Xander se desfigura de dolor pero la arrogancia en sus ojos se mantiene, su mano se coloca encima de la mía.

—Lo sabes, bruja...— susurra con contundencia— tu y yo, sabemos que las cosas entre nosotros en ese tiempo...—

—Cállate— siseo— eso fue hace muchos años, pedazo de idiota—

Muerdo mis labios para reprimir un jadeo que amenaza con salir de mi garganta, cuando Xander comienza a mover mi mano de arriba abajo por encima de su pantalón para sentir la dureza de su polla.

Maldito cabrón

Trato de apartarme pero toma mi nuca para que lo mire fijamente y no me mueva mientras que su mano afirma el agarre en mi muñeca, su aliento cálido roza mis labios ligeramente.

—No se te olvide una cosa, Valentina Marchetti— murmura— que te conozco mejor que nadie y que...—

Sin darme tiempo de reaccionar realmente, Xander nos cambia de posiciones y gruño con molestia cuando mi pecho golpea contra la pared, el cuerpo de mi ex esposo se acerca por mi espalda hasta que susurra contra mi oído.

El amor del ZarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora