Capítulo 26

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Xander

Suspiro suavemente mientras el aire fresco mezclado con la pequeña brisa de mar que lo acompaña, me golpea en el rostro. Busco entre los bolsillos de mi chaqueta la cajetilla de cigarrillos junto al encendedor, para fumarme uno en lo que la bruja termina de arreglarse.

—Jamás entenderé como esa mujer tarda tanto en arreglarse— bufo, Remy y Yerik se ríen por lo bajo— ¿Quieren?—

Ambos aceptan para tomar uno cada uno y encenderlos, me recargo en la puerta del Aston Martin. Los tres nos quedamos en silencio un rato, simplemente fumando y mi mente divaga ligeramente pensando en que si Valentina, habrá visto mi pequeño regalo que dejé en su habitación mientras se duchaba.

Aunque tardé más en irme que en llegar.

Toso un poco con brusquedad cuando siento como el humo del cigarrillo se va hacia el otro lado de mis pulmones, Yerik me palmea fuertemente la espalda para que coja aire puro y arquea una ceja en mi dirección.

—¿Estás bien?—

—De seguro nuevamente estaba pensando en la Reina, desnuda en la ducha— agrega Remy, lo fulmino con la mirada— ¿O me vas a negar que no te quedaste más de cinco minutos en la habitación?—

Abro y cierro la boca en busca de una buena respuesta coherente, pero mis pensamientos se pierden de nuevo en las imágenes de la bruja en la ducha. Trago saliva al sentir un poco la garganta seca.

Maldita bruja sensual y sus curvas.

Ni siquiera pensaba quedarme más de cinco minutos en su habitación, simplemente tenía planeado dejar el paquete e irme, pero el sonido de la ducha pudo más conmigo y no pude evitar indagar.

Al final, estaríamos a mano con las espiadas en el baño.

Nuevamente me pierdo en las imágenes de su cuerpo desnudo debajo de la ducha, mientras el agua corría por su espalda delineando cada parte de su piel junto al tatuaje de la rosa negra que simboliza que nos pertenecía.

Que me pertenecía aún.

La risa de Remy y Yerik me sacan de mis pensamientos, gruño con molestia sabiendo de antemano que se burlan de las expresiones de mi rostro. Paso una mano por el, mientras murmuro por lo bajo en ruso.

Carajo, mi cordura está en peligro cada vez más

—Cariño, ¿cuánto apuestas a que Xander es el primero en rogarle a Valentina para que vuelvan juntos?— ruedo los ojos ante la pregunta de Yerik— acepto lo que sea—

—¿Lo que sea precioso?— inquiere su esposo con la ceja arqueada, asiente— entonces, apuesto a que sí, aquí nuestro jefe— me señala— es el primero en rogarle a la Reina. Harás lo que quiera por un mes entero—

—¿Se incluyen los fines de semana?—

—Treinta días, precioso. Tomalo o dejalo—

—Dios, ustedes son de lo peor— espeto, fumando otro cigarrillo— esperarán sentados un buen rato o tal vez, todo lo que les queda de vida—

—Yo no diría eso...— murmura Remy, lo miro— bueno, usted de verdad es idiota, ¿no?—

—Yo te lo dije, cariño— responde Yerik— es inútil hablar con él, es demasiado cabeza dura e idiota—

—Que lindo, yo también te quiero, Yerik— afirmo con ironía— mejor, cállense los dos ya—

En ese momento mi teléfono suena y agradezco internamente a la persona que me está molestando en estos momentos para salir de las burlas del matrimonio, frunzo el ceño al ver un número desconocido pero la lada es de Rusia, respondo.

El amor del ZarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora