Capítulo 46

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Valentina.

Actualidad.

—Me tienes que estar jodiendo, Marchetti— Salvatore se ríe— ¿Golpeaste a tu suegro en el momento en que lo conociste?—

Asiento y no puedo evitar reírme también, cojo un pequeño pedazo de fruta para llevarlo a mi boca. Finalmente, habíamos decidido desayunar afuera en el balcón mientras le seguía contando a Salvatore acerca de mi historia con Xander. El antes y el después de las tragedias junto al divorcio.

—Ese viejo cabrón se lo merecía— respondo, resopla— él junto al estúpido de mi novio en ese momento, me sacaron un susto de muerte—

Niega divertido.

—Eras un caso serio, Marchetti—

—Sigo siendo un caso serio— afirmo, asiente.

—Entonces, ¿por qué golpeaste a tu suegro?— inquiere mientras le da un trago a su café— bueno, tengo que reconocer que yo también en algún punto, quise golpear al padre de Samantha—

—¿No le agradabas?—

—Ni un pelo— afirma, asiento— pero, no estamos hablando de mí, si no de ti. Termina de contarme la historia—

Bebo un trago de café mientras asiento, me acomodo mejor en el pequeño sillón y estiro mis piernas hasta colocarlas encima de sus muslos, sonrío.

—Te seguiré contando mientras me masajeas los pies—

—No voy a masajearte los pies—

—Hazlo, Salvatore. ¿Sabes lo que es andar en tacones de quince centímetros? Sin contar, que me follaste con ellos la gran parte de la noche—

Mi amante rueda los ojos y termina por asentir. Acabamos el desayuno y solamente quedaban unas pequeñas sobras. Se termina su café antes de tomar mis pies para comenzar a pasear sus dedos sobre la planta de mi pie izquierdo, me relajo en mi lugar un momento cerrando mis ojos, suspiro de satisfacción.

—Marchetti, no se te ocurra dormirte—

Río.

—Me negaba a conocer a Dimitri—

—¿Por qué?—

Suspiro con cierta pesadez.

—Me daba miedo que el mismísimo Zar de la Bratva, me conociera y dijera que no era digna de estar con su hijo solamente porque era italiana. Por ser la enemiga— reconozco, asiente— tenía miedo que convenciera a su hijo para separarse de mí. No quería estar sin Xander—

—Realmente amabas a ese hombre—

—Lo sigo amando, Salvatore. Puede ser que nuestra relación fue algo demasiado apresurada. Muchos dirán que era la pasión del momento de dos universitarios viviendo un romance...—

—No fue así—

Niego.

—Nunca lo fue, siempre fue real de una manera como si estuviera destinado a ser. Xander, fue la primera persona que se quedó a pesar de los cientos de desplantes que le hice. De las miles de veces que lo insulté, golpee e incluso disparé, siempre estaba volviendo a mi lado como un parásito—

—Lo que te llamó la atención—

—Lo hizo— sonrío un poco— Xander fue la primera persona con la que pude bajar mis barreras luego de la muerte de mis padres. Fue la primera persona a la que confíe mis miedos con el riesgo de que los usara en mi contra, nunca lo hizo. Me comprendía de maneras que las personas no entienden y nunca entenderán—

El amor del ZarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora