Capítulo 42

8.6K 769 168
                                    

Valentina.

Ardor.

Al igual que la semana pasada con el aniversario de mis padres, el ardor se incrementa al ver la placa de mármol blanco con letras negras, las lágrimas no dejan de deslizarse por mis mejillas mientras que busco una manera en cómo calmar el dolor que siento cada vez que se cumple otro año y mi niña no está conmigo.

Tendría siete años ahora.

Debería ser un día feliz para ella, debería tener su fiesta de cumpleaños y ser feliz con los cientos de regalos que su padre y yo junto a nuestra familia le hubiéramos dado. Ella hubiera sido feliz en nuestra familia y llena de amor, no le faltarían sonrisas en su pequeño rostro.

Pero no fue posible.

Ella se fue antes de que tan siquiera pudiera decir sus primeras palabras y no hay día en que me culpe por lo que ha pasado, era inevitable pero el peso de la culpa que cae en mis hombros junto al dolor, no es fácil de asimilar que era un pequeño ser indefenso que por alguna razón de mierda del destino, no logró llegar a este mundo.

—La extraño...— sollozo con dolor, Xander no deja de abrazarme— aún puedo recordar cómo era sentirla moverse en mi interior y yo me quejaba de lo fuerte que pateaba...—

—Se emocionaba cuando le contabas un cuento para dormir, ¿no?—

Asiento.

—Y cuando le contabas como te había en tu día, a pesar de los estudios. Se ponía feliz al oírte— digo con voz ahogada— ¿Por qué nos ha pasado esto a nosotros, Xander? Es cierto, nuestro mundo es una mierda, pero a ella no le hubiera faltado nada y sería muy feliz con nosotros—

—Es algo que me sigo preguntando, solnischko...— se ríe secamente, puedo notar el tono ahogado de su voz— papá sería muy feliz con esa pequeña corriendo de un lado a otro por la casa, mis hermanos serían los primeros en malcriarla en cuanto más creciera...—

—La quiero conmigo, Xander— le pido— quiero volver a tenerla conmigo aunque sean cinco minutos, solo cinco para hacerle saber que a pesar de todo. Ella sigue en nuestros corazones y que a pesar del dolor, no hemos dejado de amarla ni un segundo—

—Lo sé, cariño—

—Solo cinco minutos...— sollozo— se supone que seríamos una familia muy feliz, que era nuestro turno de serlo...—

—Yo también la extraño, cariño. Se supone que sería la princesa de papá y que ambos podríamos presumir que tenía el papá más guapo y joven de la escuela—

Eso me saca una risa ahogada pero no dejo de llorar, Xander afirma su agarre en mi cuerpo cuando nota que comienzo a temblar.

—Han pasado siete años y no dejo culparme por lo sucedido—

—Sabes que no es tu culpa, amor—

—¡Pero no puedo evitarlo!— exclamo— de no haber...—

—Ambos tomamos la decisión, cariño. El peso es de ambos—

—Pero...— lloro con más fuerza y dolor— me duele, Xander. Me duele porque era mi niña, nuestra hija y saber que probablemente habría una forma para que ella...—

—Valentina, escuchaste...—

—¡No fue suficiente! ¡No fuimos suficientes para ella!— grito— ¡Debimos haber pedido una segunda opinión o yo qué mierda sé! ¡Alisha debería estar con nosotros ahora! ¡Deberíamos tener sus fiestas de cumpleaños! ¡Recibiendo regalos cada navidad! ¡Y que nosotros fuéramos a sus recitales o partidos! ¡No deberíamos estar llorando en una tumba con las cenizas de nuestra hija!—

El amor del ZarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora