Capítulo 54

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Valentina.

Otro día.

Otra nueva llamada de Xander, que ignoro.

Prácticamente desde el momento en que me dieron el alta en el hospital, luego de que el ruso me rescatara en esa inmensa pecera en la que casi muero— aunque mis costillas se llevaron una peor parte por las compresiones —desde entonces e ignorado cada una de sus llamadas y mensajes que me ha mandado, sé que me está dando tiempo para asimilar todos los cambios que ocurrieron ese día.

El día en que se supone que se iba a casar.

Aún recuerdo sus palabras ese día y trago saliva, ante los recuerdos mientras un agradable escalofrío me recorre en la columna.

—¿Por qué, Xander?—

—Creo que la respuesta es la más obvia, solnischko— me mantengo en silencio mientras sus codos se recargan en el borde la cama del hospital— lo sabes, nena—

Hago una pequeña mueca ante el ligero dolor de mis costillas mientras me acomodo en la cama, Xander me mira con sus ojos avellanas antes de que una sonrisa de lado, tire de sus labios y tome asiento en la cama.

—Prefería no saberlo, cucciolo. Gracias—

—Necesitas dejar de huir, nena—

—No lo hago— mascullo— es...—

—Difícil, lo sé— interrumpe mis palabras— sé que no vas a creerme de buenas a primeras de nuevo. Así como yo no voy a creerte de buenas a primeras de nuevo, Valentina—

Trago saliva, asiento con comprensión.

—Lo sabes—

—Créeme, lo sé todo—

—Lo siento—

—No, no lo haces— arqueo una ceja— te arrepientes por haberme mentido acerca de Yesika, te conozco mejor que nadie, solnischko— suspiro con cierta exasperación, se ríe— te culpas por haberme mentido, con tu salud emocional, ¿o me equivoco?—

—Sé que debí habértelo dicho—

—Ciertamente, sí. ¿Sabes cómo me sentí al saber que había jodido las cosas y ni siquiera me di cuenta? ¿Todo por qué? Porque la mujer que amo, me mintió acerca de que estaba bien, cuando claramente no es así— masculla ligeramente, no puedo evitar que el corazón se me acelere ante sus palabras— sabes cuanto odio y detesto el que creas que tus emociones y sentimientos sobre mis situaciones, no tengan una validez para mí, nena—

No puedo pronunciar ninguna palabra porque las anteriores que dijo siguen presentes en mi cabeza, hago una pequeña mueca a lo que Xander, sonríe con cierta calidez mezclada con diversión antes de ponerse de pie y con sinceridad que veo en sus ojos, dice las palabras que esperaba oír pero al mismo tiempo, no deseo escucharlas.

—Te amo, Valentina Marchetti. Ahora, mañana y para siempre. Esa es la única verdad, solnischko— asegura— y habrá nada que pueda cambiarlo, estamos condenados desde un inicio, nena—

—Xander...—

Se inclina brevemente para besar mi mente con una sonrisa y chillo con cierta sorpresa, cuando sus labios bajan hasta los míos en un inesperado beso que a duras penas logro responder por la brevedad de su boca.

Sonríe antes de acomodar las mangas de su abrigo.

—Hablaremos después, nena. Toma tu tiempo para pensar las cosas y recuperarte—

El amor del ZarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora