Capítulo 47

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Xander.

2014.

Mi pierna y mano tiembla ligeramente mientras que un pesado silencio se extiende por la habitación de la mujer a la que le acabo de pedir matrimonio. No la culparía de tacharme de loco por hacerlo y que me terminara en este mismo instante, pero, realmente quiero hacerlo.

Quiero pasar el resto de mi vida a su lado.

Ahora, mañana y para siempre.

Mis padres siempre me dijeron que en el momento en que encontrara a la mujer que será mi compañera en toda la eternidad, no la dejara ir. Porque una vez que las encontramos, nunca volveríamos a amar como lo hicimos alguna vez con ella, pueden haber miles en nuestras vidas.

Pero la compañera perfecta para un Novikov, solo aparecía una vez.

Ya había encontrado a la mía.

Nunca me alcanzarán las palabras y acciones para decirle a Valentina, cuánto la amo. Por que desde el primer momento en que sus ojos negros se conectaron con los míos, lo supe. Supe que sería la mujer con la cual querría estar el resto de mi vida, nadie me complementa como ella lo hace. Nadie me entiende la manera en como ella lo hace, por que podemos tener un día de mierda y solamente faltaba vernos para que todo mejorara.

Su sonrisa. Su risa. Sus quejas matutinas, porque hacía calor muy temprano en la mañana. Los desayunos en nuestros apartamentos juntos. Citas. Nuestras pequeñas diferencias y problemas. Nuestra manera de complementarnos en diferentes ámbitos, es lo que me hacen amarla de esta manera tan especial.

Mi amor por ella, jamás va a apagarse. Vivo, muerto, juntos o separados mi corazón siempre estará latiendo por el amor que le tengo, por que estoy seguro que puedo morirme ahora y mi alma siempre estará esperándola a ella.

Yo era suyo y era mía.

Nuestras vidas estaban atadas de una manera que nadie comprenderá.

Siento como una ligera capa de sudor se forma en frente cuando Valentina se queda en silencio, mirando el anillo en mi mano. Sus ojos se mantienen fijos en la sortija de oro blanco con un diamante en medio. Río con cierto nerviosismo mientras que mi mano no deja de temblar.

—Solnischko, di algo por favor...—

—Xander...— carraspea— esto...es...— intenta buscar las palabras— creo...—

—Sé que es apresurado— respondo, asiente varias veces— pero, quiero pasar el resto de mi vida contigo, Valentina Marchetti. Quiero despertar cada mañana a tu lado, viendo tu sonrisa perezosa u oír tus quejas del por qué debería ser un delito levantarse tan temprano y que haya un calor de muerte a las siete de la mañana— se ríe suavemente— formar una familia. Tener tres niños corriendo por nuestro propio patio persiguiendo alguna cosa que les parezca interesante, y nosotros los miramos como si fueran lo más bello que existe en el mundo...— sonrío— quiero eso todo contigo, solnischko. Porque te amo tanto que tan solo la idea de separarnos, me causa agonía. Quiero mi vida a tu lado, ahora, mañana y para siempre. Hasta el final de mi infierno—

Veo como sus ojos se cristalizan suavemente, pero se niega a soltar una lágrima. Su mano toma la mía suavemente para darle un apretón, sonríe un poco y antes de que pueda decirme algo, sigo hablando.

—No tienes que decirme que sí ahora, Val— asiente, cierro la pequeña caja suavemente— cuando estés lista para darme tu respuesta, lo haremos juntos, ¿de acuerdo? Sin presiones—

—Entiendo...— me besa brevemente, sonrío contra sus labios— te amo tanto, Xander. También quiero pasar mi vida a tu lado. Ahora, mañana y para siempre, hasta el final de nuestro propio infierno—

El amor del ZarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora