Capítulo 32

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Xander

Suspiro bajamente mientras que no dejo de dar vueltas en la cama, el colchón mullido es cómodo pero el problema no es mi cuerpo, es mi mente que parece estar más que despierta ante los acontecimientos de los últimos días y no está dispuesta a dejarme dormir tranquilamente.

Es raro.

Me siento raro al no tener a Valentina aquí mismo. Aunque durmieramos en habitaciones separadas, lograba sentir el peso de su presencia tranquilizadora y podría jurar que escucho en mi oído su voz, diciéndome que lograremos conseguir este favor con la mafia búlgara.

Bien. Lo admito.

Extraño al pequeño solnischko.

Bufo en resignación al saber que ya no podré dormir en lo que queda de la noche, me coloco de espaldas y cruzo mis brazos por detrás de mi cabeza, miro fijamente el techo del lugar que renté para pasar los días en lo que resolvía los negocios en Bulgaria, mi mente se pierde en diferentes pensamientos que se me hace difícil ponerle coherencia a uno.

Una pequeña sonrisa tira de mis labios al recordar la conversación con la bruja, hace un par de horas. Tengo que reconocer que tenía cierto pendiente por Bruno y ella al encontrarse cara a cara con Salvatore Greco, el mayor de los tres hermanos Greco y por ende, el verdadero jefe de la Cosa Nostra.

¿Recuerdan que todas las familias tienen secretos?

Bueno, los Greco tampoco son la excepción.

Hicieron muy bien en ocultar a Salvatore y hacerlo pasar por muerto para que Darío pudiera reclamar el puesto de Capo di tutti capi. A veces llega a sorprenderme lo que es la avaricia del ser humano, es cierto, nosotros no somos los mejores pero tenemos límites que nunca traspasaríamos.

Uno de ellos, era la familia.

Si no eres capaz de respetar esas simples letras junto a los lazos de sangre, ¿que sentido tiene que tengas miles socios a tu espalda? ¿Cuando tu único seguro de confianza siempre serán las personas que te han visto caer una y otra vez hasta levantarte en cada obstáculo?

Jamás entenderé como Carina Greco, fue capaz de despreciar a dos de sus hijos por el despojo de Darío, sin duda ellos eran mucho mejores que ese idiota aires de grandeza que disfrutaré bajárselos de un solo golpe.

Volviendo al tema del pequeño solnischko y Bruno, siempre estaré orgulloso de la manera en como Valentina se desenvuelve en su papel de Reina del Alboroto y mi segunda al mando en la Bratva, sobre para las situaciones que parecen salirse de su control pero nunca es así.

La forma en cómo le habló a Salvatore hace un par de horas, solo alimentaba más mi orgullo por ella. Mi padre nunca se equivocó al escogerla como la persona que tuviera una figura de autoridad en la Bratva, luego de que el último resultara un traidor que trabajaba para los Greco.

Claramente, al principio me negué. Una sonrisa más grande se forma en mis labios al recordar ese día, niego divertido.

—¡No puedes simplemente hacer eso!— exclamo con indignación— ¡Ni siquiera está capacitada para hacerlo papá!—

—Puedo y ya lo hice, Xander Novikov— me refuta mi padre con seriedad— te recuerdo, que aquí sigo siendo el Zar. Si yo decido que Valentina es lo suficientemente apta para ocupar la silla vacía, es por que lo es—

—¿Por qué no mejor traemos a Aslan y Atlas?— inquiero con la esperanza que me haga caso— saben mucho mejor como se mueve la Bratva que la bruja del demonio—

—Escúchame bien, Xander— me señala— lo que haya pasado con su divorcio, no debería impedirte que sigas adelante con tu vida. Ella lo hizo porque no tenía más opción que hacerlo, le aplaudo por ello—

El amor del ZarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora