Capítulo 41

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Xander.

Salgo de mi estudio luego de atender una llamada importante de un cliente que necesita un nuevo sistema de ciberseguridad por parte de mi empresa, eran cerca de las siete de la tarde y el frío ya comenzaba a hacerse presente, ni siquiera tenía una hora desde que había vuelto a casa cuando recibí la llamada.

Suspiro con cierto cansancio mientras entro a mi habitación a darme un ducha rápida antes de bajar a cenar, me quito la corbata y el saco para dejarlos en el cesto de la ropa sucia junto a los pantalones de vestir, calcetines, camisa y ropa interior.

Gruño con satisfacción cuando el agua caliente me golpea en la espalda, relajando mis músculos, mi mente hace una lista de los pendientes que tengo para esta noche luego de llevar a Yesika a cenar, para que conozca Moscú.

Y ver si es verdad lo que dijo el solnischko, sobre los adornos navideños en la Plaza Roja.

No demoro más de quince minutos en la ducha cuando la cierro y me coloco una toalla alrededor de mi cintura, seco mi cabello para pasarme el vestidor y tomo algo casual pero al mismo tiempo elegante para salir a cenar, miro la hora en uno de los relojes más cercanos que tengo, frunzo el ceño ligeramente.

Ya debieron haber llegado.

Valentina me había dicho que junto a Yesika, ambas irían a ver a Félix. Un viejo amigo de mi ex esposa que es diseñador de moda, tiene su propia marca y admito, que el hombre; aunque me coma con la mirada cada vez que acompañaba al solnischko por su guardarropa nuevo, tiene buenos diseños para la ropa masculina.

La mayoría de mis trajes son de ahí, así que, el tipo es bastante bueno para detectar los gustos y estilo de sus clientes.

A lo poco que me dijo la bruja, es que después de cinco años finalmente quería renovar su guardarropa, según ella algunos pantalones ya no le quedan y lo tomó como una señal, para hacer un cambio.

Valentina sí que sabe sacarle provecho a la ropa.

No es de las mujeres que van cada temporada a cambiar el guardarropa, aunque cuando estábamos casados, se lo cambiaba cada tanto tiempo por que me nacía hacerlo y era lindo ver sus expresiones de sorpresa y felicidad al ver tanta ropa junta con los zapatos, siempre buscaba sacarle el mayor provecho a su ropa.

Que Yesika la acompañe, me agrada por que sería bueno que ambas se vayan integrando y Valentina, no tiene más amigos que no sea yo o los demás de nuestro círculo desde la muerte de sus padres, se hizo bastante solitaria con las personas con la única que interactuaba era con Remy, siempre.

Remy aparte de ser su sombra, se convirtió en su padre y amigo hasta que se integró con la familia Novikov, donde le dimos una estabilidad un poco más segura de un concepto de familia y amigos de nuevo.

No tiene ni siquiera conocidos, mucho menos mujeres con las cuales compartir algo tan banal como lo es un último desfile de modas.

Prácticamente, somos los únicos amigos que tiene y estoy seguro, que tanta testosterona junta a veces puede ser desgastante, que se integre con la chica de dieciocho años me parece buena idea, sin importar que haya una diferencia de varios años.

Aunque no lo parece.

Sin darle más vueltas al asunto, termino de vestirme con unos jeans negros junto a uno jersey blanco, tomo un abrigo de color gris que tengo cerca acompañado de unos botines negros también.

Salgo de mi habitación para darme un poco de prisa y miro la hora en mi reloj, mis cejas se fruncen más al saber que Valentina, ni Yesika han llegado, ¿tanto se habrá alargado la cita con Félix?

El amor del ZarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora