Esto es lo mejor para ti, hasta que estes listo

5.1K 614 946
                                    



Tweek se sobó el brazo, lo primero que había hecho luego de levantarse fue ir a por su siguiente dosis, ahí le dieron un certificado que debía entregar a su maestro, pero cuando entró al salón junto con sus compañeros, escuchó a uno de ellos hablar a sus espaldas.

– No es justo, ayer no vino a dos clases seguidas y cuando le preguntamos al maestro, dijo que faltar a una de sus clases significaba reprobar ¿no te parece injusto que nos dijera que él estaba justificado? seguro que hoy se va a excusar en el laboratorio otra vez, siempre ha tenido un trato especial –el rubio paró en seco y cuando su maestro hizo contacto visual con él, el pequeño guardó su nota en el bolsillo y solo saludó.

Las primeras horas de clases fueron normales, no se sentía mal, es más, se sentía muy lúcido, pero cuando comenzó la segunda parte del laboratorio y pasaron a las cocinas, tuvo que pasearse de un lugar a otro buscando los instrumentos que necesitaría, y poco a poco comenzó a sentirse muy mareado, intentó resistir, pero llegó a un punto donde su cuerpo se sentía inusualmente ligero y no podía enfocar bien la vista. Fue ahí cuando decidió acercarse a su maestro sin importar lo que dijeran los demás.

– Profesor ¿puedo ir a la enfermería? no me siento muy bien –le dijo el rubio, su maestro lo observó un momento.

– Está bien, pero vuelve pronto, para que no te retrases –le respondió sin más. Tweek fue hacia la puerta y luego de abrirla se desplomó en el suelo, todos los de su salón de clases pusieron sus miradas en los pies del niño, ya que el resto de él estaba fuera del salón.

– Profe, se nos murió uno –bromeó uno de sus compañeros y se escuchó una risa colectiva por todo el salón. Esperaron un momento a ver si el pequeño se ponía de pie creyendo que se había tropezado, pero al notar que no se levantaba, poco a poco algunos alumnos comenzaron a levantarse a mirar, el primero en ir a verle fue su maestro.

– Hey, ¿estás bien...? –le preguntó el profesor, Tweek estaba consciente pero no podía moverse, el maestro lo ayudó a sentarse en el suelo.

– Lo siento... creo que no debí venir a clases hoy... –murmuró el pequeño, se sentía muy avergonzado por ser el centro de atención. El maestro le pidió a uno de los alumnos que fuera a buscar a la enfermera mientras mantenían al pequeño sentado en el suelo, nadie sabía si podían moverlo y Tweek tampoco tenía fuerza para ponerse de pie, el solo estar sentado le era difícil, sentía que iba a desmayarse en cualquier momento. Pronto llegó la enfermera con una camilla y algunos alumnos de medicina que estaban con ella y lo trasladaron a la enfermería del campus.

– ¿Para qué te di una nota si no ibas a usarla? –le regañó la enfermera, el rubio solo asintió con la cabeza baja– ¿por qué no la utilizaste? Sabías que esto iba a suceder.

– Me sentía bien, no creí que iba a desmayarme –explicó Tweek mientras se encontraba recostado en la camilla, la mujer suspiró y le acarició la cabeza.

– Está bien que te entusiasme tu futuro, aprender es algo muy importante, pero no si sacrificas tu salud, pudiste sufrir un infarto ¿lo sabias? –el pequeño asintió. La mujer estuvo mucho tiempo charlando con Tweek hasta que escuchó que unas personas estaban en la sala de espera. Fue a revisar creyendo que era un nuevo paciente, pero solo eran los amigos del rubio que habían visto la publicación de que se había caído.

– Enano... –gruñó Craig luego de entrar. Lo observó con el ceño fruncido y las manos en los bolsillos esperando una explicación de parte del rubio.

– No me regañen más... –se quejó el pequeño luego de enterrar su rostro en la almohada– Ya lo sé, la cagué.

– No venía a regañarte –explicó el gigante mientras se acercaba a la camilla– ¿Estás bien? ¿te golpeaste?

Monstruo de RopaWhere stories live. Discover now