Fiesta juntitos

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Cuando Craig entró al cuarto, el rubio estaba de pie frente a la puerta, casi como si esperara ser juzgado por el más alto, al notar su impaciencia, el pelinegro le sonrió suavemente.

- ¿Estás listo para ir a la casa de Token?

- ¿Sólo me vas a decir eso? – preguntó el pequeño mientras que Craig simplemente comenzaba a alistar su bolso para pasar la noche en casa ajena.

- ¿Qué quieres que te diga? ¿Hola? Creí que te había saludado hace rato, si no lo hice pues, hola, ¿Ya estás listo? – Tweek sonrió, parecía como si al pelinegro se le hubiera olvidado el micro berrinche que tuvo hace un momento, agradecía enormemente el no tener que dar explicaciones ni retomar el tema, eso era una de las tantas cosas que le gustaban de Craig.

El aire de festividad estaba en el ambiente, al entrar al departamento de Token se podía escuchar la música y la risa de las chicas en la cocina.

- Llegó el gigolo! – gritó Bebe desde la puerta de la cocina, el de gorro azul solo le sacó el dedo del medio, mientras que ella salió de la cocina y fue a la puerta para tomar de la mano al pequeño rubio – Hola hijo, baila con mamá.

- ¿Estas drogada? – preguntó el pelinegro al ver como esta se meneaba frente a Tweek, mientras intentaba no reírse por la cara de desconcierto que tenía el rubio en ese momento.

- Ohh vamos bebito, baila, no me digas que tienes el ritmo de un árbol igual que este grandote de acá, vamos, sacúdete un poquito – la rubia comenzó a agitar sus caderas de un lado a otro, el pequeño miró a Craig y este solo avanzó hasta el sofá y se dejó caer ahí, dando claras señales de que no quería participar en la fiesta.

Tweek se sorprendió nuevamente cuando su madre postiza le apretó las manos y comenzó a menearlo de un lado a otro, dejándolo sin más opción que intentar moverse al compás de ella.

- No lo hagas ejercitarse mucho, le harás daño – le advirtió el de ojos verdes a Bebe, Tweek solo infló las mejillas.

- No soy ningún debilucho – gruñó el rubio e hizo que Bebe girara sobre la punta de su pie y la semi derribó sobre su regazo, como en un típico baile clásico, la rubia se carcajeó y miró al más alto.

- JA! Se mueve mejor que tú – le resaltó, luego de eso Nichole los llamó desde la cocina, y llevaron algunos bocadillos a la mesa. Al poco rato llegaron Token y Clyde, con una apariencia similar a un asalta bancos, con gafas oscuras en plena tarde y abrigos que cubrían sus rostros y los sombreros clásicos de cualquier persona sospechosa.

- ¿Por qué traen esos disfraces de mierda? – preguntó Craig apenas entraron a la casa.

- Dah ¿Menores de edad con botellas de alcohol? – dijo Clyde mientras sacaba de su mochila la evidencia.

- ¿Era necesario traer más? – reclamó nuevamente el más alto, todos asintieron, salvo Tweek que tenía una inocente mirada de confusión.

- Por consejos de alguien de confianza primero debemos comer algunas cosas sólidas para que no nos embriaguemos tan rápido...- explicó la rubia mientras comía algunas golosinas, todos estaban charlando trivialidades sobre cómo qué harían en este inicio universitario, se notaban asustados, pero sabían esconderlo tras una sonrisa nerviosa.

- Apuesto que Craig se pondrá violento... - dijo Clyde mientras acomodaba las cosas.

- Nah, va a ser de esos borrachos que se quedan dormidos... Oh, dios, ¿Te imaginas que sea de esos ebrios payasos? – dijo Token.

Monstruo de RopaWhere stories live. Discover now