Una mentirita

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Pasaron dos semanas luego de aquella junta amistosa, el grupo no había podido reunirse la semana anterior porque le encargaron un trabajo bastante pesado a Craig, y tristemente tuvo que utilizar todo su tiempo en eso; aunque a nadie le preocupaba el no alcanzar el estreno del programa porque se enteraron de que venía la semana del aniversario de la universidad, en la cual siempre suspendían las clases y las actividades recreativas se hacían en horario de clases.

Craig se mostró ligeramente más distante con Tweek durante este tiempo, cuando estaban a solas el pelinegro calentaba las mejillas del rubio con sus manos, un gesto que al parecer ya había adoptado como un hábito. Pero cuando estaban en grupo, siempre lo dejaba junto a Bebe y Clyde mientras que él solo observaba al frente, incluso lo dejaba solo con ellos y él se iba a vagar. Cuando Pamela vio al nuevo integrante de grupo, solo se limitó a acercarse a saludar y buscar una excusa que nadie le pidió para poder retirarse, mientras miraba con cierto recelo al pequeño.

Las clases finalizaron antes para que los maestros pudieran organizar mejor las actividades de la semana del aniversario, clases por la mañana y actividades recreativas por la tarde, sin tareas ni exámenes durante esa semana para incentivar la participación de los estudiantes y el relajo de ellos mismos.

Craig decidió no reunirse con su grupo de amigos y fue a su habitación a dormir un poco. Pero cuando pisó el último peldaño de la escalera, pudo escuchar la voz grave de un hombre adulto, y cuando se asomó a mirar, pudo ver que aquel hombre estaba de pie frente a su dormitorio.

- Lo siento mucho, hijo - le habló al pequeño niño rubio frente a él, mientras este revisaba unos papeles - Sé que quieres quedarte aquí, pero... no puedes hacerlo, tus exámenes médicos salieron muy mal este mes... fue un cambio muy repentino de ambiente y no creo que puedas vivir mucho tiempo sin aumentar la cantidad de pastillas, así no funciona tu tratamiento.

- Puedo cambiar de medicamento, uno más fuerte o cubrirme mejor... no quiero irme de aquí, solo hace un mes que comenzamos - el rubio decía cada frase entrecortadamente, buscando cada palabra en su cabeza como si se le hubiera olvidado cómo hablar.

- Lo sé, sé que aquí están las personas con las que siempre me dijiste que querías reencontrarte y te entiendo, los amigos son algo difíciles de olvidar, pero es tu vida de la que estanos hablando.

- Dame otro mes por favor, me... me cuidare mejor, esto debió salir mal por la recaída que tuve hace un par de semanas, se averió mi calefactor y me sobre exigí físicamente. Además, que he fallado en algunos horarios en tomarme las pastillas... debo ser más cuidadoso, solo eso - expresó nervioso, el hombre de cabello rubio oscuro o bigote espeso sonrió y  acarició su cabeza.

- Eres un gran muchacho T...- una fuerte tos sonó de alguna de las habitaciones e hizo eco en el pasillo, lo suficientemente fuerte como para censurar el nombre del chico ante el oído espía de Craig - Desearía poder ayudarte de alguna otra manera, sabes que siempre estoy buscando expertos en casos anormales sobre el cuerpo, quiero verte sano y feliz. -

- !Estoy feliz aquí! Estoy muy feliz aquí... amo este lugar... amo a mis amigos... amo a mi compañero de cuarto, Craig, no los puedo dejar, sé que puedo acabar bien el año escolar y en vacaciones puedo ir contigo, someterme a nuevos análisis, lo que quieras, y volver aquí, todo estará bien... estos... papeles no significan nada... solo son un vistazo temporal, y son de la semana pasada... estoy seguro que los del próximo mes saldrán mucho mejor - Craig sostuvo su pecho un momento, le dolía la angustia que se sentía de la voz nerviosa del pequeño monstruo de ropa, pero sintió un desborde de sensaciones al oír su nombre junto con la palabra amor.

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