Sustito

7.3K 823 1K
                                    

Craig estaba de pie en el balcón viendo el alba transformarse en un nuevo día, y no entendía por qué la mañana se sentía tan refrescante. Hacía mucho tiempo que no contemplaba un amanecer, su pereza para despertarse temprano no le permitía apreciar la salida del sol. Era extraño que se despertara tan temprano pese a lo tarde que se había quedado la noche anterior, pero no se sentía cansado, había salido en silencio al balcón solo para despedirse de las estrellas, pero no era ese el motivo porque se levantó, más bien era porque odiaba ese sofá, no era tan cómodo como lo había hecho sentir otras noches.

Para no deambular ansioso por el departamento y despertar a alguien, se quedó en el balcón para reflexionar un poco, necesitaba tiempo para digerir tantos acontecimientos, era un hecho, estaba enamorado de su compañero de cuarto, por más que culpara al alcohol, el sentimiento permanecía igual de ferviente en su espíritu, quizás podía culpar a la falta de afecto que había tenido por mucho tiempo, pero nunca lo había sentido necesario hasta ahora, quizás era porque ahora se sentía completo, como si un Tweek fantasma hubiera aparecido, sí, aún pensaba en él, pero lo reprimía con fuerza, era necesario si quería avanzar.

Tomó su teléfono y revisó sus contactos, había mensajes de su madre sin leer, mensajes de su padre en visto sin responder, emoticones y memes de su hermana sin mirar y muchas notificaciones de personas que ni sabía por qué estaban en su lista de contacto sin abrir, solo por ocio se detuvo a mirar los memes de su hermana.

- ¿Despierto a esta hora? – le interrumpió la vista empujando su chat al final, ella se había dado cuenta que estaba conectado.

-Hola, condón roto – la saludó Craig, iba a guardar el teléfono en su bolsillo para ignorarla por otro milenio, pero le vibró en la mano.

-Son las 6 de la mañana ¿Qué haces despierto a esta hora? ¿Dormiste anoche o te quedaste despierto jalándote el ganso? – preguntó la menor, Craig gruñó, eso ya era una conversación y no podía ignorarla.

- Que graciosa... si dormí ¿Cómo está Stripe? – el pelinegro se sentó en una mecedora que Token tenía en el balcón.

-Bien, ni te extraña – Tricia le mandó una foto de ella y la vieja Stripe #4, Craig sonrió al ver a la peluda criatura, se veía tan envejecida, sus ojos pequeños y cafés contenían la clásica bruma ocular que impedía que pudiera ver bien – La tomé ayer.

- Luce tan graciosa y vieja... ¿Tienes más? - Tricia comenzó a enviar muchas fotografías de la roedora, en diferentes ángulos, haciendo diferentes cosas, la mirada de Craig se suavizaba más con cada fotografía.

Stripe #4, la conejilla que le fue entregada como obsequio por su primer novio siempre lograba sacarle una sonrisa, ella siempre fue una conejilla muy traviesa y escurridiza, más de una vez la dieron por muerta al escaparse por mucho tiempo, pero siempre reaparecía de la nada como un ave fénix, en muchas ocasiones Craig sospechó que sus padres la habían reemplazado, pero eso era totalmente imposible... encontrar una conejilla con los mismos colores y comportamiento era una idea simplemente absurda, siempre creyó que Stripe tenía un poco del carácter de él y su ex novio, era curioso como él pero con un instinto de autoconservación muy característico de su ex pareja, quizás por eso se mantenía a salvo y si escapaba de casa, normalmente lo hacía cuando su hermana no paraba de recoger gatos desamparados.

- ¿Cómo están todos? ¿Siguen siendo tus amigos o por fin se dieron cuenta de que eres una mierda? – preguntó su hermana después de la doceava imagen.

- Están todos bien – envió Craig, sintiendo como si le estuviera mintiendo a su hermana, no quería contarle que estuvo bebiendo alcohol, ella iría de inmediato a acusarlo con su papá y le recortarían el dinero del mes por ello, pero quería hablar con alguien de su preocupación – Solo que mi compañero de cuarto se intoxicó con uno de sus medicamentos y ahora está en el hospital.

Monstruo de RopaWhere stories live. Discover now