La verdad

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¿Qué estaba ocurriendo? Él no era el único que estaba sufriendo y lo sabía, después de todo había estado compartiendo un cuarto con un chico que lo hacía a diario y aun así le sonreía dulcemente. Era el mismo chico al que una vez amó cuando era niño y se había vuelto a enamorar de él. Se propuso como meta personal cuidarlo, pero ahora se encontraba en el suelo con ligeros espasmos.

Con mucho cuidado, Craig se arrodilló frente a Tweek y comenzó a mover suavemente su hombro para ver si reaccionaba, el pelinegro estaba al borde de un ataque de pánico al escucharlo respirar de forma tan extraña, no sabía qué hacer, sus pensamientos negativos se dispersaron súbitamente y en él predominó la preocupación, no era ningún insensible, sabía que el chico sufría de verdad y no esperaba verlo en ese estado.

– Hey... despierta, despierta por favor –el más alto le tocó la cara al rubio, estaba tibia y eso era muy extraño, algunas partes de sus manos se contraían y relajaban en cuestión de segundos, se podía oír su respiración corta, rápida y totalmente irregular, como si estuviera intentando toser. Craig abrió torpemente su bolso e intento armar su teléfono, se notaba que el pequeño necesitaba ayuda pronto, asique rápidamente encendió su celular. Mientras esperaba que iniciara el dispositivo para poder llamar a una ambulancia, escuchó un grupo de pisadas que provenían del pasillo.

– ¡Craig! –le gritó Clyde para luego intentar recuperar el aliento mientras se ponía a su lado–¿Qué sucedió? ¿Qué le hiciste?

– ¿Por qué le haría algo? lo encontré así, mejor ayúdame a llevarlo a su cama –le respondió el pelinegro, luego Bebe entró al cuarto y se acercó a la cama del pequeño abriendo las cobijas mientras recuperaba el aliento, era un poco difícil levantar a Tweek puesto que se movía de manera extraña. Cuando lo alzaron su teléfono calló al suelo, la rubia lo recogió y lo dejó junto al velador, notando que tenía unas cuantas llamadas perdidas.

– ¿Qué hacen ustedes aquí? –exigió Craig con una voz severa luego de poner al rubio en su cama y cubrirlo con las mantas.

– Um... bueno... –Clyde miró a la chica esperando que ella dijera una respuesta coherente ya que había sido ella quien le pidió que corrieran hasta ahí, Bebe miró nerviosa a Craig e improvisó lo primero que se le vino a la mente.

– Estábamos preocupados por ustedes, no los habíamos visto en todo el día y... - habló con inseguridad Bebe, Craig se volteo a verla lanzándole una mirada tan helada que hizo que Bebe cerrara la boca instantáneamente.

– Otra vez mintiéndome, yo confié en ustedes, hubiera puesto las manos al fuego por cualquiera de ustedes – poco a poco la ira regresaba al cuerpo de Craig – ¿por qué no me lo dijeron?

– ¿Decirte qué? A que te refieres... – Clyde fingió hacerse el desentendido, pero eso solo hizo que Craig frunciera furiosamente el ceño y se lanzara sobre él para sostenerlo del cuello de su camisa y levantarlo.

– ¡Me refiero a que él es Tweek! ¿cierto? ¿estoy equivocado? A ti nunca se te olvida una puta cara, ¿tanto querían burlarse de mí? Pues bien ¡Ríanse! ¡Ja JA! ¡Háganlo, ríanse! – Craig empujó a Clyde sobre su cama, el castaño recogió sus piernas y se cubrió esperando que Craig lo golpeara, pero no lo hizo aunque las manos del pelinegro estaban empuñadas fuertemente, realmente se estaba conteniendo.

– Craig, tranquilo, nadie quería reírse de ti –le dijo Bebe acercándose lentamente.

– ¡Y tú! –El pelinegro la tomó de los hombros y la agitó fuertemente– ¡Confié en tí, te conté todo y tú no fuiste capaz de decirme algo así de importante, se supone que eres mi amiga, que estabas ahí para mí, que podía confiar en ti y lo hice, maldita sea, ¡¿cómo pudiste mentirme así?! Se supone que querías ayudarme y que podía decirte todo para que me sintiera mejor por haberlo perdido, ¿Qué pasó entonces? ¡Dime!

Monstruo de RopaWhere stories live. Discover now