Capítulo 5

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CAPÍTULO 5

Amber.

—Deja de dar vueltas como una loca, Amber —me regaña Val en su puesto.

Aún sigo muy preocupada de lo que pueda pasar. Tengo miedo de que me descubra y me tache de puta antes de despedirme.

Muy exagerado, lo sé, pero mi suerte ya me demostró que no está de mi lado y todo lo malo puede ocurrir.

Me siento abrumada en mi puesto al lado de Val cuando me canso de estar de pie.

—No te va a echar y punto Amber —dejo de moverme cuando Val me sujeta los hombros con ambas manos—. Cálmate, nada malo sucederá, confía en mí.

—¡Hola chicas!, ¿cómo están? —Nataly llega e interrumpe cuando estaba por hablar—, ¿Adivinen quien tuvo una conversación muy comprometedora con el bombón de nuestro jefe?

Evito mirarla cuando el comentario me molesta un poco.

Val se da cuenta de mi molestia y trata de no seguirle la corriente a Nataly.

—¿Sabes dónde se encuentra Liam? —mi amiga pregunta ignorandola.

—Por ahí debe de andar —contesta—. Y cómo te decía, ahora después de saber que al jefe no le soy nada indiferente, estoy decidida a llevármelo a la cama.

La emoción que emana me asquea un poco.

—Las relaciones laborales no están permitidas —no evito decirlo de mala manera, pero ella parece no darse cuenta o finge que no—. Puedes perder la pasantía si se enteran.

—¿De qué me sirve la pasantía si puedo ser la señora de Anderson? —habla tajante.

—A eso agreguemosle que primero se acueste contigo y luego te pida ser su novia, cosa que todavía no ha sucedido —mi amiga le dice y la molestia de Nataly resalta en todo su rostro.

La aparición de la señora Ines en el lugar, evita que la conversación se convierta en una discusión y todos vuelven a sus puestos incluida Nataly.

—Hoy estás muy linda, Amber —me giro de golpe cuando Pierce me susurra al oído antes de sentarse a mi lado.

Mi cara me arde ante el comentario que me sonroja.

—Gracias —sonrío tímida.

Vuelvo mi atención al frente cuando la señora Ines habla.

—Cómo saben, todos los días se les dará una tarea para que demuestren sus habilidades y el día de hoy será presentar sus trabajos directamente con el señor Anderson —comunica y mi corazón comienza a latir con fuerza—. Trabajarán en grupo de a dos en su oficina, cada día se elegirán a dos pasantes mientras que al resto se les da tareas aparte.

Trago grueso, mi vida es un desastre. Es como si todo estuviese en mi contra y mis planes de ocultarme se van a la basura con esto.

¿Cómo le daré la cara ahora?

No creo poder trabajar directamente con él sin desmayarme.

—El día de hoy, Gonzalez y Turner trabajarán a puertas cerradas con la presencia del señor Anderson, por favor acompañenme.

Respiro con fuerza, por esta vez la suerte me sonríe,  pero no será por mucho tiempo. De todas formas tendré que trabajar con él y tendré que tener el valor suficiente para darle la cara, sólo espero que me escuche y me dé una oportunidad para demostrar que soy digna de estar aquí.

Vuelvo mi vista a la computadora cuando llega un correo. Lo reviso y son las indicaciones de lo que debemos hacer hoy.

Me tranquilizo internamente y me pongo en la tarea de terminar todo, ya que mi primera regla es no mezclar lo laboral con lo personal.

Mi Jefe +18 © [En Proceso]Where stories live. Discover now